En el norte de Portugal, solo a unas millas de Oporto, encontraréis la ciudad de Braga. Muchos menos turistas se dirigen hacia allí, así que en muchas ocasiones os encontraréis solos visitando las iglesias, los museos y los jardines.
Braga tiene muchas iglesias, es por eso por lo que normalmente se le llama la “Roma” portuguesa, y cada vez que las campanas den la hora, van a recordarte a esa ciudad. Ninguna iglesia es tan impresionante como el santuario de Bom Jesus con su impresionante escalera que contiene 577 escalones y a la que también podréis acceder a partir de un maravilloso funicular.
Aparte de sus destacables lugares religiosos, la ciudad también es una buena base para poder explorar el Parque Nacional de Peneda-Gerês, una increíble reserva donde montañas y cascadas se apoderan del paisaje. Aquí podréis realizar caminatas por los bosques, disfrutar de las vistas desde arriba de las montañas o saltar desde un acantilado aterrizando en las aguas cristalinas de un lago.
En este itinerario de 3 días, os llevaremos por las mejores atracciones turísticas de Braga y Gerês y os enseñaremos algunos de los mejores restaurantes y hoteles de esta región.
El Santuário do Sameiro se encuentra a unas millas al este de Braga. Establecido en 1863, es uno de los santuarios marianos más grandes de Portugal y atrae a muchos peregrinos durante el año. Por fuera, el santuario destaca por su imponente cúpula blanca y su diseño neoclásico, mientras que su interior es algo más modesto. Situado a lo alto de una colina, ofrece unas vistas increíbles de las montañas que rodean la región, que hacen que esta visita valga la pena.
El Palacio dos Biscainhos, que anteriormente fue la casa de una familia noble portuguesa, se convirtió en museo en 1978. Actualmente, los visitantes pueden echarle un vistazo al interior barroco y admirar sus increíbles techos ornamentados y sus paredes de mosaicos. Repartidos por sus habitaciones, hay una colección de artículos decorativos, desde muebles hasta cristalería y cerámica. Después de visitar el museo, salid fuera y pasead por sus jardines.
Diseñado por André Soares en el Siglo XVIII, este icónico arco muestra una mezcla de los estilos barroco y neoclásico. Marca la entrada al casco antiguo de Braga, abriendo camino a la Rua Dom Diogo de Sousa, una calle repleta de cafeterías y restaurantes.
Solo a unos pasos del Arco, encontraréis la Igreja da Misericórdia. A pesar de ser acabada en 1562, la iglesia sufrió algunos cambios a lo largo de los siglos, así que muestra una mezcla de estilos. La estructura es mayoritariamente manierista, pero también veréis algunos elementos barrocos en su interior, el como el altar dorado.
Portugal está llena de catedrales, pero la más antigua la encontraréis en Braga. Esta catedral existía incluso antes que naciera la nación, con archivos que se remontan a 1070. A medida que fueron pasando los años, muchos elementos fueron añadidos o reconstruidos, así que lo que veis actualmente es una fusión de estilos arquitectónicos. La estructura general es románica, los campanarios y sus techos son manuelinos, y su interior es mayoritariamente barroco con lujosos órganos levantándose por encima de ti. Una entrada aparte os dará acceso al coro superior y a las capillas, como la Capela dos Reis, que contiene las tumbas de los padres del primer rey de Portugal.
El Jardim de Santa Bárbara es una pequeña zona ajardinada situada en el corazón de Braga. Vale la pena pasar por ahí para ver sus coloridos lechos de flores y arbustos, respaldados por los claustros medievales del Palacio Episcopal. En medio del jardín hay una fuente del Siglo XVII con una estatua de Santa Bárbara, quien le da el nombre.
Si necesitáis una pausa después de tanto turismo, dirigiros al Café A Brasileira. Situado en la esquina de Largo Barão de São Martinho, este histórico café destaca por su fachada blanca y azul. Abrió sus puertas en 1907, así que se trata de uno de los cafés más antiguos de la ciudad. Actualmente es uno de los lugares de encuentro más populares entre jóvenes y mayores, quienes van a disfrutar de una taza de café o de una deliciosa pasta. Cuando haya sol, podréis sentaros en la terraza.
La Praça da República alberga la mayoría de los eventos culturales de la ciudad. También conocida como Arcada, esta plaza tiene cafés y restaurantes, y también algunas iglesias como la Igreja da Lapa y el Convento dos Congregados. Escondida detrás de la plaza está la Torre de Menagem, una torre cuadrada que perteneció a un antiguo palacio medieval.
Desde la Praça da República caminad hasta Retrokitchen. Dirigido por una simpática pareja portuguesa, este restaurante de estilo retro sirve deliciosos platos caseros por un precio razonable. Hay un menú para comer que cuesta menos de 10€ e incluye sopa, plato principal, café y postre.
Mientras pasáis por el Palácio do Raio, no podréis evitar observar su fachada. Desde los mosaicos de sus paredes hasta sus puertas y balcones, todo tiene el color azul. En un primer momento, este palacio del Siglo XVIII fue diseñado como residencia noble para João Duarte Faria, pero posteriormente fue comprado por Miguel José Raio, dándole así su nombre. Por un tiempo se usó como hospital, y actualmente es un museo. Sus habitaciones también están decoradas con mosaicos y muestran una colección de artículos, desde cuadros hasta telas y antiguos instrumentos médicos. Cerca encontraréis la Fonte do Ídolo, una antigua fuente romana.
El imponente Santuario de Bom Jesus do Monte se encuentra a lo alto de una colina, unas millas al este de la ciudad. Se trata de uno de los sitios más icónicos de la ciudad, famoso por su serpenteante escalera con fuentes y estatuas barrocas. Aunque es una opción llegar al santuario andando desde el centro de la ciudad, es un buen rato, así que os recomendamos que conduzcáis o que subáis al bus número 2 para llegar hasta allí. Una vez lleguéis abajo, podréis subir las escaleras andando o en el funicular.
El funicular Bom Jesus, instalado durante 1880, es uno de los funiculares más antiguos que funciona con agua. Incluso antes de eso, carros de caballos llevaban a los visitantes arriba de esta la ardua colina. Aunque da igual de la manera en que lleguéis, las increíbles vistas de la ciudad os esperan allí arriba.
Esta zona ha sido un sitio de peregrinaje desde el Siglo XIV, pero el santuario que veréis actualmente se acabó en 1834, de ahí el diseño neoclásico. Vale la pena visitar el santuario y después pasear por los jardines que lo rodean, parando para tomar algo en el café situado al borde de la colina.
Para acabar, dirigiros al oeste desde Braga para ver el Mosteiro São Martinho de Tibães. Entre los Siglos XVI y XVIII, este monasterio fue la sede de la orden benedictina en Portugal y en Brasil. Tomaos vuestro tiempo para pasear por las salas del monasterio y después visitad la iglesia para admirar su extravagante interior rococó. Un gran parque rodea el monasterio, vale la pena descubrirlo también.
Después de visitar el monasterio, podéis cenar en la Taberna do Lebre. Esta acogedora taberna situada a las afueras de la ciudad, se especializa en los tradicionales petiscos portugueses. Ofrecen menús (oscilan de los 10€ a los 20€) que incluyen entrantes, un plato principal, bebida y postre. Os recomendamos que probéis los buñuelos de bacalao y la rabanada, la versión portuguesa de la tostada francesa.
Este impresionante santuario se encuentra bien arriba, entre las montañas de Gerês y sobre el río Cávado. Desde Braga, os llevará una hora aproximadamente conducir hasta São Bento da Porta Aberta, situado en el extremo occidental de Gerês. Junto con Fátima, es uno de los santuarios más grandes de Portugal, y reúne peregrinos de todos los rincones del mundo. Se llama Porta Aberta (Puerta abierta) porque sus puertas están siempre abiertas para los viajeros. Aunque no seáis religiosos, no podréis evitar quedaros impresionados con las vistas de la montaña y el río. A unos minutos del santuario encontraréis una pequeña playa fluvial llamada Praia da Ribeira.
Vila do Gerês es una ciudad termal situada en el corazón del Parque Nacional y un sitio genial para descansar, ya que tiene varias pensiones. Es famosa por sus aguas termales, y podréis disfrutar de tratamientos relajantes y sanos en su balneario, Termas do Gerês.
Mientras estéis ahí, visitad el Parque das Termas. Este parque, rodeado de árboles centenarios, se alarga cerca de dos hectáreas. Cuando paseéis por sus caminos sombreados, escucharéis el sonido del agua ondulante que viene del río Gerês, que fluye dentro del parque. Hay una gran variedad de instalaciones que incluyen una piscina exterior de temporada, una pista de tenis, mesas de ping-pong y un gran lago donde podréis alquilar una barca. El parque abre entre mayo y octubre, y cuesta aproximadamente 1€ su entrada, aunque algunos servicios se pagan aparte, como la piscina o las barcas. Si sois huéspedes del hotel Águas do Gerês, la entrada al parque y la piscina os saldrán gratis.
Cerca del Parque das Termas, encontraréis dos miradores espectaculares – Miradouro da Pedra Bela y Miradouro das Rocas. A unos 800 metros de altura, Pedra Bela ofrece unas vistas increíbles de las montañas, del embalse de Caniçada y del pueblo de Vila do Gerês. Un poco más al este encontraréis Miradouro das Rocas, donde obtendréis una vista panorámica de 360º del paisaje.
Con tantas cascadas repartidas por Gerês, puede ser difícil escoger cual visitar. Si solo os da tiempo de visitar un par durante vuestro recorrido, Cascata do Arado y Cascata do Tahiti son las que deberíais ver.
Situada a 900 metros de altura, Cascata do Arado es una de las cascadas más bonitas de la región. Podéis andar desde el Miradouro das Rocas hasta aquí, y cuando lleguéis a su base podréis disfrutar de un refrescante chapuzón. También podéis aparcar cerca, simplemente seguid la carretera desde el mirador hasta que veáis un puente, aparcad por ahí y después caminad lo que os queda de camino.
Es algo más difícil acceder a la Cascata do Tahiti, pero sus aguas cristalinas hacen que valga la pena la caminata. Su nombre oficial es Cascata de Fecha de Barjas, pero es mayoritariamente conocida como Tahiti. Para llegar hasta ahí, tendréis que conducir pasando por la villa de Ermida y después seguid la carretera hacia Fafião. Podréis aparcar al lado de la carretera, y después subir las escaleras que están al lado de las indicaciones. El camino puede ser algo resbaladizo, así que tened cuidado cuando caminéis por las rocas. Cuando lleguéis al final, parad y disfrutad del impresionante paisaje natural, y si el tiempo os lo permite, daos un chapuzón.
Después de ver las cascadas, podéis comer en el restaurante Fojo dos Lobos. Situado en la villa de Fafião, este restaurante sirve platos tradicionales portugueses. Empezad por el chorizo y después seguid con el Posta Mirandesa, un grueso trozo de carne que normalmente se sirve con patatas fritas y ensalada. El restaurante toma su nombre de una localización de granito cercano. Después de comer, podéis dirigiros hacia allí y disfrutar de las vistas del valle y del río de debajo.
Unas millas hacia el norte de Fafião encontraréis el extraordinario Poço Azul. Traducido como Pozo Azul, esta laguna escondida y con aguas color esmeralda harán que los visitantes se sientan como en el Caribe. Se trata de uno de los lagos más profundos de Gerês, y si pasáis por alto sus frías temperaturas, encontraréis un sitio tranquilo para nadar entre el sombrío bosque. Para llegar hasta esta laguna, tenéis que salir de la Villa de Ermida y después seguir andando por el sendero PR14, pasando por la Fonte do Arado y Tribela. En total, cada camino es de unos 8km. ¡Os recomendamos que uséis un rastreador GPS para que no os perdáis!
La siguiente cascada de la lista se encuentra un poco más al este, en Pincães. Desde Fafião, tomad la N308 dirección Cabril, y a medio camino encontraréis la villa de Pincães. Aparcad ahí y después seguid un camino de tierra durante unos 20 minutos hasta que lleguéis a la cascada. Cuando el agua cae, forma una preciosa piscina natural que pide que nadéis en ella, especialmente durante el verano.
No muy lejos de Pincães, encontraréis otra localización que merece una visita, el Ponte da Misarela. Este puente medieval cruza el río Rabagão entre un empinado desfiladero. Cuenta la leyenda que el puente fue construido por el diablo para ayudar a un preso fugado, es por eso que algunos le llaman el puente del Diablo. Vale la pena observar el puente desde lejos, así podréis ver el impresionante arco que se forma entre el paisaje rocoso y el río. Después de un día lluvioso, puede que veáis como se forma una pequeña cascada al lado.
Si aún tenéis ganas de seguir caminando por Gerês, dirigiros hacia la villa de Xertelo y seguid el camino de las Siete Lagunas o Sete Lagoas. Es un camino de 7km, pero podéis parar por el camino para observar las increíbles vistas de las montañas antes de llegar a las lagunas. También podéis andar hasta allí desde el Ponte da Misarela, pero os llevará algo más de tiempo. Si lo preferís, podéis venir más temprano por la mañana y así podréis nadar o incluso saltar desde las rocas. Aseguraos que lleváis un calzado adecuado ya que no se trata de un camino fácil.
Después de un día cansado, de andar y nadar, podéis recompensaros con una copa de vino en la vinoteca Geira Adega. Situada en una acogedora casa de piedra, este sitio es el ideal para probar el Vinho Verde, un vino tradicional de esta región. Aunque traducido significa “vino verde”, se trata de un vino joven. La mayoría de Vinho Verde es vino blanco, pero también es posible encontrar variaciones de vino tinto y rosado. Para acompañar el vino, pedid una salchicha y una tabla de quesos. Pero si preferís una comida más generosa, siempre podéis volver a Fojo dos Lobos.
Empezad vuestro segundo día en Gerês con un chapuzón en la Cascata da Portela do Homem. Situada justo al lado de la frontera con España, es una de las cascadas más visitadas de la región y tiene un fácil acceso. Su agua viene del río Homem y cae por las rocas, formando una piscina natural espectacular. Si os sentís aventureros, podéis saltar de los acantilados, que pueden llegar a hacer 10 metros. La mejor manera de llegar hasta allí es conducir hasta Portela do Homem, aparcar cerca de la frontera y después caminar hacia la cascada.
Desde Portela do Homem, podéis seguir el camino hasta Mata da Albergaria, un increíble bosque donde predominan los robles centenarios. Dentro hay un camino romano llamado Geira Romana, que antiguamente conectaba Bracara Augusta (la actual Braga) y Asturica Augusta (la actual ciudad española de Astorga). Por el camino, encontraréis restos de este antiguo camino y también algunos peldaños. El acceso en coche es limitado, así que es mejor andar hasta ahí.
Lindoso es una pequeña villa en Gerês formada por casas de granito. Es famosa por su castillo medieval y por sus espigueiros (hórreos). La mayoría de los hórreos están hechos de madera, pero estos destacan por su imponente estructura de piedra que sobresale entre las colinas. Creados en los siglos XVII y XVIII, se usaban para secar y conservar el maíz. Observad la gran colección de hórreos y después subid hasta el castillo. Establecido en el Siglo XIII, ofrece unas vistas espectaculares de las montañas cercanas y de la Reserva de Lindoso.
Podéis parar a comer en el Café Restaurante MÓ, situado unas millas al oeste de Lindoso. Este pequeño restaurante ofrece comida asequible, destacando comidas contundentes como filetes o guisos. Si preferís algo más ligero, también podéis pedir una tostada o una hamburguesa.
Después de comer, podéis seguir vuestro recorrido por Soajo. Igual que Lindoso, esta villa remota también alberga una serie de hórreos de piedra, algunos de los cuales aún son usados por los locales para almacenar el maíz. Pasead por las estrechas calles de la villa y disfrutad de las vistas del río Lima y de las montañas de Gerês. Seguid un camino andando desde allí, y puede que os topéis con algunos caballos salvajes que pasean libremente por esta región.
Un camino sinuoso os llevará de Soajo a la pequeña villa de Tibo. Antes de llegar, encontraréis el Miradouro de Tibo, un mirados a 800 metros del nivel del mar que os ofrecerá vistas de la montaña de Peneda. Vale la pena parar para admirar las fantásticas vistas del paisaje. Desde allí, podréis ver la villa, el río Veiga y el Santuario de Nossa Senhora da Peneda desde la distancia.
Este santuario del Siglo XIX está situado en medio de un valle y protegido por un afloramiento de granito. El Santuario de Nossa Senhora da Peneda es como una pequeña versión del de Bom Jesus do Monte en Braga, con una escalera que hace zigzag hasta llegar a la iglesia. Se dice que, en 1220, un pastor pudo ver a la Virgen María aquí, y desde entonces se ha convertido en un sitio muy popular de peregrinaje. Subid las escaleras y admirad las estatuas por el camino que representan Fe, Esperanza y Gloria, y unas 20 capillas que muestran escenas de la vida de Cristo. Durante la primera semana de septiembre, la villa cobra vida con las fiestas de Nossa Senhora da Peneda, las cuales incluyen una procesión de velas y unas noches animadas con una tradicional música folk.
La última localización de este itinerario de Gerês es la elevada villa de Catro Laboreiro. Situada unas millas al norte de Peneda y cerca de la frontera española, es conocida por sus símbolos medievales. Empezad vuestro recorrido cerca de las ruinas del castillo y después dirigiros hacia el centro, donde encontraréis un grupo de casas de granito, una iglesia y un puente de piedra medieval.
Desde Castro do Laboreiro, conducid hasta Melgaço y cenad en Adega Sabino. Este restaurante data de los años 40 y se especializa en la tradicional cocina portuguesa. Probad el Cabrito do Monte (cabrito asado) o el Bacalhau com Broa (bacalao con cortezas de pan), ambos son lo suficientemente grandes como para compartir entre dos.
Tanto Braga como Gerês ofrecen numerosas atracciones para toda la familia. Subir en funicular hasta el santuario de Bom Jesus do Monte es un trayecto corto pero divertido. Una vez arriba, podrá explorar los jardines y fuentes de los alrededores mientras contempla las vistas de Braga desde abajo. Otro lugar estupendo para contemplar la ciudad desde las alturas es el Monte do Picoto. Este parque situado en lo alto de una colina está a sólo 10 minutos en coche del centro de la ciudad. Además de su impresionante mirador, también incluye un parque temático de aventuras que ofrece diversas actividades, desde paintball hasta escalada de árboles. Los más pequeños pueden disfrutar de una visita a la Quinta Pedagógica de Braga, una pequeña granja pedagógica que alberga varios animales, como cerdos, conejos, caballos y un burro.
Mientras tanto, Gerês ofrece muchas oportunidades para practicar actividades al aire libre. Hay rutas de senderismo para todos los niveles y lagos donde bañarse o alquilar una canoa. En algunas zonas, también se pueden avistar animales salvajes como nutrias y ciervos. Una buena forma de pasar el día es preparar un picnic y sentarse en uno de los pintorescos parajes del parque.
Hay muchos restaurantes en Braga y Gerês donde podréis disfrutar de una buena comida. Debajo os dejamos algunas recomendaciones:
Podéis ver las principales localizaciones de Braga en un día, pero vale la pena pasar algún tiempo extra para descubrir las maravillas de la naturaleza en Gerês. Desde históricas propiedades en el centro de la ciudad hasta hoteles rurales en mitad de la naturaleza, Braga ofrece muchas posibilidades de alojamiento.
Si lo que queréis es quedaros en el centro de Braga, os recomendamos Burgus Tribute&Design Hotel o el Hotel Vila Galé Collection Braga.
Para todos aquellos que quieran disfrutar al máximo de Gerês, recomendamos uno de los siguientes hoteles: Hotel São Bento da Porta Aberta, Águas do Gerês o Hotel Rural Misarela.
Entre las montañas de Gerês, encontraréis el Hotel Águas do Gerês. Este acogedor hotel ofrece una gran variedad de servicios, incluyendo un restaurante, dos piscinas y un centro de bienestar con tratamientos de belleza y tratamientos médicos. Cerca se encuentran algunas de las cascadas y miradores más increíbles de la región.
Si quiere aprovechar al máximo su viaje a Braga y Gerês, la mejor época para visitarlas es entre primavera y verano. Visitar la ciudad en primavera significa que podrá asistir a muchos de los festivales emblemáticos de la ciudad, como la Semana Santa y la Braga Romana. El tiempo también es lo suficientemente agradable para practicar actividades al aire libre como el senderismo. Las temperaturas comienzan a subir en verano, alcanzando los 30ºC en los días más calurosos. Esto hace que sea la ocasión perfecta para darse un baño en los lagos cercanos. Sin embargo, si planea explorar Gerês, puede esperar más aglomeraciones. El otoño sigue siendo relativamente cálido, pero es posible que haya algunos días de lluvia. Aun así, es probable que pueda hacer algunas excursiones por el parque nacional.
Conócenos
Pregúntanos