Descubra qué
visitar en Sintra y Cascais con nuestro itinerario para tres días. Desde
palacios de ensueño hasta playas salvajes y viñedos, sobran las opciones en
estas dos pequeñas ciudades portuguesas.
Si busca un destino para visitar en un día desde Lisboa, Sintra es el lugar perfecto para empezar, ya que resulta fácil de acceder en tren desde el centro y es una de las paradas más populares de Portugal.
Usado antiguamente como residencia de verano de la realeza, ahora abre sus puertas a visitantes de todo el mundo como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Tal es el encanto que tiene, que incluso Lord Byron declaró que se trataba de una de las localidades más hermosas de Europa.
La mayoría de la gente solo pasa un día aquí, pero nosotros le sugerimos que le dedique al menos un día más, para visitar las playas y probar la gastronomía local.
Nuestro tour de Sintra comienza en el corazón de la ciudad con una degustación de la repostería local. Desde aquí, les llevaremos por una ruta a través de las principales atracciones turísticas de Sintra, entre las cuales está el infame Palacio Nacional da Pena. Si bien esta ciudad turística se encuentra a tan sólo unos kilómetros de Lisboa, no se parece en nada a la capital, cosa que podréis apreciar tan pronto salgáis de la estación de tren y veáis las verdes colinas de Sintra.
Comienza el día visitando Casa Piriquita, una cafeteria famosa por sus pasteles – queijadas y travesseiros. Las queijadas son tartas de queso dulce, mientras que los travesseiros están hechos de hojaldre y crema de almendras. Su primer local se hizo tan famoso que se vieron obligados a abrir otro en la otra calle, con el nombre Piriquita II.
Desde la cafeteria, paseé hasta el Palacio Nacional de Sintra. Sus altas chimeneas en forma de cono son una de las primeras cosas que apreciamos al llegar a Sintra. A pesar de su aspecto moderno, este palacio del siglo IX es uno de los mejores conservados del mundo. En el siglo XVI el rey Manuel I decidió modernizar el edificio, creando habitaciones nuevas como la Sala dos Brasões, que contiene los blasones de la nobleza portuguesa. Ésta habitación es uno de los principales atractivos del palacio, no sólo por los blasones que coronan el techo sino también por su impresionante colección de paneles de azulejos cubriendo las paredes de arriba abajo.
Después de pasar tres días en Lisboa, estaba listo para subir a un tren y descubrir una ciudad distinta. Tal y como me había sugerido Iberian Escapes me dirigí a Sintra, una romántica localidad a pocos kilómetros de la capital.
La siguiente parada será Quinta da Regaleira. Es difícil imaginar que este lugar tan místico fue un día una zona privada. Además de un palacio y una capilla, encontrará grutas, túneles, y fuentes por todo el parque. Obviamente no podía dejar de ver la escalera de caracol que conduce al pozo ni el camino de baldosas que cruza el agua, los dos elementos característicos de Quinta da Regaleira.
Por la tarde, dirígete al Castelo dos Mouros. Puedes ir andando, coger un tuk tuk o el autobús 43 desde el centro de la ciudad. En lo alto de una colina, el castillo ofrece unas vistas espectaculares de las montañas de Sintra. Caminando por la muralla pude ver la ciudad al completo, pero lo que llamó mi atención es el Palacio Nacional da Pena, al otro lado de la colina.
Puedes llegar al palacio en bus, o incluso andando. Este edifico destaca por su estructura eclèctica, que mezcla diferentes estilos arquitectónicos, incluyendo el neoárabe, neogótico, y neorrenacentista. Sus muros de colores brillantes ayudan a crear un ambiente de cuento de hadas, pero también vale la pena echar un ojo al interior, que se quedó prácticamente intacto desde que la última familia real portuguesa lo dejó en 1910. Dentro encontrará habitaciones decoradas con azulejos, mobiliario europeo y porcelana oriental. Si tiene tiempo, asegúrese de explorar el parque también, repleto de pasadizos secretos y pequeños lagos. Para quedarme con la mejor vista del parque, subí al punto más alto llamado Cruz Alta.
Puede comprar entradas online o en persona al llegar a los monumentos. Nosotros recomendamos que las compre online para ahorrarse tiempo y dinero. El precio suele variar dependiendo de la atracción pero hay descuentos para mayores, niños y jóvenes. La mayoría de las entradas están disponibles en la Oficina de Parques de Sintra. Para Quinta da Regaleira, puedes comprar las entradas aquí.
A diferencia de
otros palacios de la zona, Monserrate no fue construido para la Realeza, sino
para un comerciante británico. Datado del siglo XVIII, este edificio fue el
hogar del novelista William Beckford, y posteriormente de Sir Francis Cook,
otro caballero inglés y coleccionista de arte. Ambos transformaron el palacio
en lo que es hoy en día. La mayoría del edificio es una mezcla entre neogótico
y neoárabe, con arcos góticos por todos lados. Incluso el interior está lleno
de arcos y pequeños pasillos con columnas de mármol, lo cual no esperaba en
absoluto. En su interior, también hay una biblioteca, una mesa de billar, una
capilla, y otras habitaciones. Mucho del inmobiliario ya no se encuentra allí,
por lo que destacant las paredes ornamentadas y los frescos.
Después de visitar Monserrate, conduje hasta Convento dos Capuchos. Inicialmente un monasterio franciscano, Capucho es completamente diferente a los monumentos opulentos de Sintra. Aquí la naturaleza se ha adueñado de todo y la densa vegetación trepa por las piedras de granito y los antiguos aposentos de los monjes. Dentro de dichas habitaciones no encontrará más que una cama de piedra y corcho en las paredes. Caminar por Capuchos es como explorar un paisaje de hobbits, con pasadizos estrechos que conectaban las pequeñas casitas.
Después de esta visita continuamos hasta Praia da Adraga , una playa escondida en la costa de Sintra. El lugar es pacífico y silencioso, por lo que pude sentarme un rato y relajarme un poco. Hay un pequeño restaurante en la orilla y allí es donde comí al mediodía. No podría haber escogido un mejor lugar para disfrutar de pescado a la parrilla que sentado en un restaurante con el océano de fondo.
IPor la tarde nos uniremos a una visita guiada por Adega Regional de Colares.Esta viña local se encuentra en Colares, entre las montañas y la costa de Sintra. El equipo de Iberian Escapes me reservó el la visita con antelación, por lo que sólo tenía que reunirme con el guía en la puerta.
Empezamos visitando las instalaciones de producción de vino, donde aprendí sobre el proceso de producción de vino de Colares, así como de su historia. Parece ser que Colares tiene los únicos viñedos de Europa que sobrevivieron a la plaga de filoxera del siglo XIX, gracias al terreno arenosos y al clima marítimo de la región. Colares consiguió la Denominación de Origen en 1908, y pese a producir a baja escala sigue siendo un vino de referencia por su calidad. Después de la visita por los viñedos nos acercamos a la bodega principal. Además del DO de Colares, también producen vino para la región de Lisboa, como Chão Rijo, vino blanco con un toque cítrico.
Una vez terminada la cata, continuamos hasta Praia das Maçãs, siguiendo las vías del tren hasta llegar a la playa. Suele estar más concurrida que Adraga, pero aun así, merece la pena visitarla. Pasa unas horas relajándote en la playa y disfrutando del sol antes de retomar la marcha hacia Azenhas do Mar.
El viaje hasta Azenhas do Mar no me llevó más de diez minutos, y las vistas a lo largo del camino son increíbles ya que la carretera pasa por la costa. Me detuve en el Miradouro das Azenhas do Mar y desde aquí pude capturar el pueblo al completo, con sus casas blancas aferrándose a un acantilado. Justo debajo de ellas está el restaurante Azenhas do Mar, donde iba a cenar. Antes de que el camarero llegase con el menú disfruté de la puesta de sol. Con el mar al lado, no se puede pedir otra cosa que no sea marisco. Esta vez me decidí por pulpo a la parrilla servido con patatas asadas y un salpicado de aceite de oliva.
Disfruté descubriendo un lado diferente de Sintra, y no podía esperar a mañana para seguir explorando la costa portuguesa en nuestra siguiente aventura por Cascais.
Hay muchos hoteles en los que pasar la noche en Sintra. Si desea quedarse cerca del centro le recomendamos Tivoli Palácio de Seteais, un hotel de lujo dentro de un palacio del siglo XVIII con vistas privilegiadas al Palacio Nacional daPena y numerosas instalaciones como un spa y una piscina exterior.
Otra buena opción es Penha Longa Resort, especialmente si busca un retiro tranquilo en Sintra. Este hotel de 5 estrellas se encuentra en medio de colinas y exuberantes jardines frondosos, y cuenta con todo lo que pueda imaginarse, desde clases de golf hasta un restaurante de estrella Michelín.
Pase un día en Cascais y visite algunas de las mejores playas de Lisboa y de los maravillosos paisajes que este pueblo costero tiene que ofrecer. Los acantilados en Boca do Inferno y las vistas desde Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa, se merecen una visita.
Es sencillo conducir hasta Cascais, pero también puede coger un tren desde Lisboa, o un bus desde Sintra. Las opciones de ocio aquí son numerosas, desde surfear hasta rutas de ciclismo a lo largo de la costa.
Empiece el día caminando por el pueblo o relajándose en una de las playas locales. La Praia da Rainha está justo en el centro des Cascais, pero si viene de Sintra le recomendamos que vaya primero a la Praia da Ursa, escondida en la costa. Después siga hasta Cascais parando en algunos puntos de interés tales como el Santuário da Peninha y la Praia do Guincho. Antes de dirigirse al centro, asegúrese de visitar Cabo da Roca y Boca do Inferno, dos puntos de interés bien conocidos de la zona. También puede hacerlo por la tarde y esperar a la puesta de sol ¡Usted elige!
De camino a Sintra desde Cascais, haz una parada en Praia da Ursa, una playa recóndita cerca de Sintra. No es fàcil bajar por el empinado sendero, pero vale la pena por ver los inmensos farallones del océano apilándose tan cerca de la costa. Las formaciones rocosas toman diversas formas y una de ellas es la que da nombre a la playa, dado que se parece a un oso (urso).El acceso puede resultar peliagudo para algunos, pero si lo consigue habrá valido la pena.
Cerca de la playa se encuentra Cabo da Roca, un cabo accidentado considerado el punto más occidental de Europa. A 150 metros sobre el nivel del mar, ofrece una vista panorámica de todo el Atlántico, así como de las montañas de Sintra, pues se encuentra en medio de las dos. El poeta portugués Camões describió Cabo de Roca como el lugar “donde la tierra acaba, y el mar comienza”. Estas palabras se encuentran grabadas en una piedra conmemorativa en el mirador, así como las coordenadas y la etiqueta de punto más occidental de Europa. Tras visitar el mirador, tómate un tiempo para caminar por la costa, siguiendo los senderos hasta el faro o hacia la izquierda del monumento.
Después de visitar Cabo da Roca continua conduciendo hasta Santuário da Peninha. En medio de las montañas de Sintra, este antiguo santuario está cerrado al público, pero sus terrazas ofrecen vistas maravillosas al mar. Puede haber algo de brisa aquí arriba, por lo que es mejor llevar ropa de abrigo.
Tras visitar el Santuario da Penhinha, nos dirigimos a Praia do Guincho. A diferencia de Ursa y sus empinados acantilados, esta playa está compuesta por extensos tramos de arena y pequeñas dunas. Está claro que las olas son su principal atractivo, como demuestran los surfistas entrando y saliendo del agua. Si siente la tentación de unirse, puede alquilar una tabla de surf o reservar una clase de surf directamente en la playa.
Para comer, te recomendamos visitar la Fortaleza do Guincho, un restaurante de estrella Michelin con vistes a la playa, especializado en marisco fresco y postres deliciosos.
Desde Guincho conduce hasta Boca do Inferno (Boca de Infierno), un acantilado moldeado por el mar que ahora es uno de los sitios más visitados de Cascais. Desde aquí podrás ver las olas golpear la cueva abierta bajo tus pies. En verano está tranquilo, pero el invierno trae olas mucho más violentas y es entonces cuando se ve el agua brotar desde la cueva.
Visité el Farol de Santa Marta, uno de los lugares más icónicos de Cascais. El mejor lugar para observarlo es desde el Puente frente al museo de Conde de Castro Guimaraes. En el interior del faro hay una pequeña exhibición de faros, así como de la historia de este en particular.
Después crucé la calle y me acerqué al parque Marechal Carmona, donde se encuentra el Museo del Conde de Castro Guimarães. Este establecimiento frente al mar cuenta con varios cuadros, cerámicas y una biblioteca con más de 25.000 libros. También podrás disfrutar de ir caminando por el propio parque, contemplando los pavos reales y los patos nadando en el lago.
Después de parque camina hasta Cascais Marina (Puerto deportivo de Cascais). Además de los barcos, el puerto deportivo cuenta con algunos restaurantes en donde tomar algo. De camino al centro pasé por Cidadela, un antiguo fuerte construido entre el siglo XV y el XVII que en la actualidad es un hotel.
De camino al centro, visita Cidadela de Cascais, una antigua Fortaleza construïda entre los siglos XV y XVII, y que hoy tambien es un hotel. Parte del edificio está ocupada por una serie de galerias y librerias independientes que merece la pena visitar.
Continué un par de horas explorando las calles de Cascais y para cenar me dirigí a Hífen, un pequeño restaurante cerca de Praia dos Pescadores. Pasea por Praça 5 de Outubro, donde encontrarás el Ayuntamiento y la oficina de Turismo. Prueba el helado de Santini y pasea por Rua Frederico Arouca, una calle repleta de restaurantes y tiendas de souvenirs.
Del mismo modo, también puedes visitar uno de los museus más conocidos de la ciudad, Casa das Histórias Paula Rego, un museo de arte moderno de artistes portugueses contemporáneos. Incluso si no entras, merece la pena visitar el edificio desde fuera. Su impresionante forma de piràmide se diseño por el famoso arquitecto Eduardo Souto de Moura.
Terminaremos el día con un paseo por la playa. Las más cercanas al centro son la Praia dos Pescadores (frente a la Praça 5 de Outubro), la escondida Praia da Rainha y la Praia da Duquesa (cerca de la estación de tren). Desde este último, puedes caminar por un paseo marítimo hasta São João do Estoril, pasando por numerosas playas más.
Es posible que quieras volver a casa después de cenar, pero todavía hay algunas cosas que puedes hacer en Cascais por la noche. Tome una copa en el puerto deportivo o pruebe suerte en el Casino do Estoril, uno de los casinos más grandes de Europa. Si visitas Cascais entre el miércoles y el domingo, también puedes pasar por el Cascais Jazz Club para ver un espectáculo de música en vivo.
Hay dos autobuses que conectan Sintra con Cascais: 1623 y 1624. La primera es un poco más rápida, tardando unos 30 minutos. 1624 dura una hora, pero es un poco más pintoresco, ya que te lleva a lo largo de la costa, pasando por los acantilados de Cabo da Roca. El billete de autobús cuesta 4,50 € y se lo puedes comprar al conductor. Puedes consultar los horarios online en Carris Metropolitana.
Si decides quedarte en Cascais por la noche, te sugerimos reservar una habitación en Villa Cascais o en el Grande Real Villa Itália. Villa Cascais es una pequeña casa de huéspedes de lujo que una vez fue una residencia noble. Situado en el corazón de Cascais, ofrece vistas al mar y un elegante restaurante que sirve platos portugueses modernos.
Un poco más lejos del centro, pero aún cerca del mar, se encuentra Villa Itália. Este hotel de 5 estrellas cuenta con un spa y tres restaurantes inspirados en la cocina portuguesa e italiana. También existe la opción de alojarse en la zona de Sintra, que está a pocos kilómetros de Cascais.
Tanto Cascais como Sintra ofrecen una variedad de atracciones para toda la familia. Los niños disfrutarán explorando los numerosos parques y palacios de Sintra, especialmente la Quinta da Regaleira con su pozo de iniciación y pasajes ocultos. Sintra también tiene su parte de playas. Una forma divertida de llegar a la costa es subirse al histórico tranvía rojo desde el centro hasta Praia das Maçãs. Ten en cuenta que el tranvía solo está activo en la temporada de verano.
Cascais, por otro lado, tiene que ver con el mar. Los niños pueden pedalear o pasear por los paseos marítimos o pasar el día en la playa. Para disfrutar de las mejores vistas panorámicas, dirígete a Boca do Inferno o Cabo da Roca. También hay parques infantiles repartidos por toda la ciudad, incluido uno en el Parque Marechal Carmona.
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