Marbella es conocida por sus lujosos hoteles, campos de golf, y puertos llamativos, pero esta animada ciudad de la Costa del Sol también tiene su patrimonio histórico y maravillas naturales. Rodeada por las montañas de Sierra Blanca, Marbella ofrece un paisaje extraordinario con decenas de playas paradisíacas y un paseo marítimo repleto de esculturas de Dalí.
Romanos y moros han puesto sus pies aquí, y los visitantes aún pueden ver estas raíces cuando pasean por el casco antiguo de la ciudad. Después de ver la playa y el casco antiguo, puedes entrar en un museo o subirte a un crucero a Puerto Banús para conocer el glamuroso estilo de vida.
Sigue leyendo para descubrir las mejores cosas que hacer en Marbella, incluyendo consejos sobre dónde comer y dónde alojarse.
Al llegar a Marbella, merece la pena dedicar algo de tiempo a explorar el tranquilo casco antiguo. Es una cara diferente de la ciudad, con calles estrechas y empedradas, iglesias históricas y plazas rodeadas de coloridas flores.
En el centro se encuentra la Plaza de los Naranjos, una pintoresca plaza bordeada de naranjos y terrazas. También alberga el ayuntamiento y una iglesia del siglo XV. La Ermita de Santiago es una de las iglesias más antiguas de Marbella y fue la sede de una mezquita antes de la conquista de los Reyes Católicos. La iglesia tiene un diseño sencillo y podría pasar fácilmente desapercibida si no fuera por su entrada enmarcada en amarillo y la campana en el tejado.
También en el casco antiguo se encuentra la Iglesia de la Encarnación, uno de los principales hitos históricos de la ciudad. Al igual que la Ermita, fue construida sobre una antigua mezquita. Data del siglo XVI, pero sufrió varias modificaciones en el siglo XVIII, dando lugar a una mezcla de elementos renacentistas y barrocos. Su campanario era el minarete de la mezquita, y todavía destaca desde la distancia. En la actualidad, la torre incluye varias campanas, cada una con un nombre diferente, como "Virgen de la Encarnación" y "Santísima Trinidad". En el interior, se pueden admirar los altares dorados y los arcos abovedados de la iglesia.
A pocos pasos de la iglesia se encuentra el Museo del Grabado Español, un museo dedicado al grabado contemporáneo español. El museo se creó en 1992 y se encuentra en un edificio de estilo morisco. Su colección incluye miles de grabados, algunos de ellos de artistas de renombre como Picasso, Dalí y Miró.
Tómate un descanso de las visitas turísticas en el Parque de la Alameda. Estos jardines son el lugar perfecto para huir un poco del calor, gracias a sus fuentes y árboles tropicales, que proporcionan muchas zonas de sombra. Alrededor del parque hay hermosos bancos cubiertos con azulejos pintados a mano que muestran escenas de la historia de la ciudad.
Desde el parque, dirígete tranquilamente a la Avenida del Mar. Este pintoresco paseo conecta el casco antiguo con las playas y el puerto de Marbella. Más allá de las vistas al mar, los visitantes pueden admirar esculturas de Salvador Dalí y otros artistas, repartidas por la calle pavimentada con mármol.
La Avenida del Mar termina en la Playa de Venus. Aquí puedes relajarte un par de minutos o seguir el Paseo Marítimo y descubrir otras playas más al oeste.
A lo largo del camino, pasarás por el Parque de la Constitución, un gran parque creado en la década de 1950. Antes formaba parte de una residencia privada, pero hoy en día cualquiera puede pasear por sus frondosos caminos. Cuenta con una cafetería, una escuela de música y un anfiteatro que ocasionalmente acoge conciertos al aire libre en verano.
Pasa el resto de la mañana en la Playa de la Fontanilla. Si sigues caminando por el Paseo Marítimo, llegarás en seguida a dicha playa. Con 1.000 metros de longitud, esta playa ofrece mucho espacio para estirar la toalla. También es un lugar ideal para practicar deportes de agua como la moto acuática. Alrededor de la playa hay un par de bares y restaurantes, muchos de los cuales ofrecen vistas al mar. Se tarda unos 20 minutos en llegar a esta playa a pie desde el casco antiguo, pero merece la pena.
Continúa tu recorrido por Marbella en la famosa Milla de Oro. De camino, puedes pasar por la Mezquita del Rey Abdul. Este impresionante templo árabe destaca por sus tejados puntiagudos y es una de las mezquitas más modernas de España, creada en 1981.
A medida que te acerques a la Milla de Oro, empezarás a ver lujosas propiedades con jardines tropicales, restaurantes y tiendas de alta gama. En el extremo este de este paseo se encuentra el Museo Ralli, que expone obras de artistas latinoamericanos contemporáneos, con especial atención al surrealismo. También cuenta con algunos artistas europeos como Miró y Dalí. La entrada es gratuita.
Cerca de la Milla de Oro se encuentran las ruinas de una villa romana, conocida como Cilniana. Se encuentra en la desembocadura del Río Verde y data del siglo I d.C. La mayor parte de los muros han desaparecido, pero los impresionantes mosaicos que se conservan hacen que merezca la pena la visita. La villa suele estar abierta entre el viernes y el domingo a la hora de comer, pero se pueden ver algunos de los pisos desde la verja.
Termina el día con un paseo por Puerto Banús. Comparado a menudo con la Riviera Francesa, éste es el lado más llamativo de Marbella, con sus tiendas boutique, yates de lujo y un montón de coches deportivos expuestos. Los restaurantes suelen estar bastante concurridos, así que si quieres darte un capricho, es mejor que reserve con antelación.
Mientras que estás aquí, no dejes de ver la
impresionante escultura del Rinoceronte diseñada por Salvador Dalí. Puedes
conducir hasta Puerto Banús o tomar un crucero directamente desde el puerto
deportivo de Marbella. Los barcos tardan unos 30 minutos y salen prácticamente
cada hora. Si vienes en verano, podrás asistir al mercado artesanal de la Plaza
Antonio Banderas.
A lo largo de 27 km, el litoral de Marbella ofrece más de una docena de playas, la mayoría de las cuales incluyen pequeños bares conocidos como chiringuitos. La Playa de Venus y la Playa del Faro son las más cercanas al centro, pero hay muchas otras a lo largo de la costa. En el lado este, se encuentran algunas de las playas más famosas, como la Playa del Cable (también conocida como Bounty Beach), Nikki y Cabopino, donde se encuentra la Torre de Ladrones, de estilo morisco.
Hacia el oeste, en dirección a Puerto Banús, merecen una visita la Playa de la Fontanilla y la Playa San Pedro de Alcántara. Esta última tiene un kilómetro de longitud, por lo que incluso cuando está ocupada siempre hay espacio para relajarse.
Si viajas a Marbella con niños, es probable que quieras pasar tiempo en la playa. Además de nadar, la mayoría de las playas ofrecen una variedad de actividades acuáticas, como el jet ski o el windsurf.
Cerca de la Playa del Cable está el Funny Beach Marbella, una atracción familiar con una pista de karts y una piscina.
Para algo más aventurero, dirígete a 10 minutos al este de Marbella a la Aventura Amazonia. Aquí encontrarás carreras de obstáculos con cuerdas altas sobre los árboles y tirolinas para niños y adultos. O dirígete al oeste hacia San Pedro Alcántara y visita la Costa Jump, un gran parque cubierto con camas elásticas.
Un poco más lejos, pero todavía a poca distancia de Marbella está Fuengirola. La ciudad tiene una gran zona commercial con un cine que proyecta películas en inglés, un parque acuático y un zoo.
Otros lugares que merece la pena visitar en los alrededores son el parque de atracciones Tivoli World en Benalmádena, el safari Selwo en Estepona y la Eco Reserva Ojén.
Los niños mayores pueden aprovechar otras actividades de la zona, como el buceo, los safaris en jeep, el descenso de cañones y el senderismo.
Al igual que la mayoría de las ciudades de la costa de Andalucía, la cocina de Marbella gira en torno al marisco. Si hay un plato que es único en esta región son los espetos. Suelen ser sardinas espetadas asadas en la playa durante una moraga, una barbacoa nocturna. Otros platos que merece la pena probar son los boquerones fritos y la paella de marisco. A continuación, encontrarás los mejores lugares para comer en Marbella, desde bares de tapas sencillos hasta lujosos restaurantes con estrellas Michelin:
Situada en la Costa del Sol, Marbella dispone de un clima cálido prácticamente todo el año. Si lo que buscas es pasar tiempo en la playa, la mejor época para visitar Marbella es entre junio y septiembre. La temperatura media en esta época es de 29ºC, y el mar está lo suficientemente caliente como para bañarse. También es la época de la feria anual, una de las fiestas más populares de la ciudad. Otra alternativa es venir en primavera, cuando la temperatura es un poco más baja y hay menos gente.
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