Sevilla es la capital de Andalucía, así que se trata de un buen punto de partida para aquellos que quieran explorar el sur de España. Edificios antiguos como el Real Alcázar y la Catedral, combinados con la tradición del flamenco y de las deliciosas tapas, son algunas de las cosas que atraen a los visitantes a esta agradable ciudad. Si estáis buscando cosas que hacer en Sevilla, este itinerario de dos días os ayudará a aprovechar al máximo vuestra visita. Incluye las mejores atracciones turísticas de la ciudad y los mejores espectáculos de flamenco, y también algunas recomendaciones sobre dónde comer y dónde alojarse.
Empezad vuestro recorrido por Sevilla con una visita al Real Alcázar. Una vez entréis a este palacio real, no podréis evitar maravillaros ante su impresionante arquitectura Mudéjar. Se estableció como un fuerte durante el Siglo X, y fue durante el Siglo XIV cuando ganó mucho más encanto, ya que se le añadió el Palacio del Rey Don Pedro. Actualmente está abierto a visitantes, y se trata de una de las localizaciones más icónicas de la ciudad, incluso apareció en la serie de Juego de Tronos. Para evitar colas, podéis comprar vuestra entrada online. Una vez lleguéis al palacio, pasead por sus extensos jardines y vigilad con los pavos reales.
Seguid con vuestro paseo hasta el Hospital los Venerables, pasando por la Plaza Alfaro para ver el balcón que algunos dicen que inspiró a Shakespeare para crear la escena de Romeo y Julieta. Anteriormente fue un hospital de caridad para curas, actualmente Los Venerables es un pequeño museo que muestra obras de Velázquez y otros artistas españoles. También vale la pena visitar la capilla para admirar sus coloridos frescos que decoran las paredes de arriba abajo.
Después de visitar el hospital, dirigiros hacia la Plaza del Cabildo. Situada solo a unos pasos de la Catedral de la ciudad, esta escondida plaza ofrece un pequeño respiro de las multitudes. Columnas blancas forman una serie de arcadas decoradas con frescos, mientras que, en el lado opuesto, quedan restos de una pared almohade. Se trata de un patio privado, así que por las noches está cerrado.
Aunque Jerez es donde nació el vino de Jerez, también es bastante popular en Sevilla. Antes de comer, tomad una copa de este delicioso vino fortificado en Casa Morales. Este bar local, fundado en 1850, ofrece una atmosfera tradicional con barras de madera y con depósitos de terracota con Jerez. Aparte del vino de Jerez, también sirven montaditos, que son como unos bocatas pequeños. También podréis comer algo aquí o seguir una de nuestras recomendaciones de la sección “dónde comer” de este artículo. Cuando acabéis de comer, podéis volver al hotel para una siesta. Recordad que la mayoría de negocios en España cierran entre 14:00 y 17:30 aproximadamente.
La Real Maestranza es la icónica plaza de toros de Sevilla, y una de las más antiguas de España, ya que data de 1761. No hace falta que veáis los toros para poder apreciar su encantadora fachada barroca y la gran arena. La entrada os dará acceso al museo, que os mostrará la historia de la tauromaquia, incluyendo trajes tradicionales y pinturas. También hay una pequeña capilla donde los toreros rezan antes de entrar a la arena.
Desde la Plaza de Toros, caminad hacia el río y cruzad el puente de Isabel II. Una vez hayáis cruzado, os encontraréis en el barrio de Triana, una zona muy animada famosa entre toreros, bailaores de flamenco y ceramistas. Empezad visitando el Mercado de Triana, un mercado de comida repleto de coloridos puestos vendiendo de todo, desde fruta y verdura hasta marisco y especias. Cerca encontraréis la Plaza del Altozano, donde podréis tomaros una foto con una estatua de una bailaora de flamenco.
Después, dirigiros al Centro de Cerámica para aprender más sobre la industria de los azulejos de Sevilla y seguidamente, explorad las tiendas de cerámica en la calle Castilla para comprar algún recuerdo. Otras calles que vale la pena descubrir son la calle Pureza y la calle Betis, a lo largo del río.
Si queréis ver flamenco, Sevilla es el sitio indicado. Hay muchas maneras de experimentar este apasionado baile y música española. Los artistas callejeros normalmente se sitúan fuera de la catedral, los bares locales tienen espectáculos improvisados, pero para garantizaros un espectáculo tradicional, lo mejor es visitar un tablao. Estos pequeños locales ofrecen unos espectáculos íntimos donde el público está muy cerca de los bailaores y los guitarristas. Algunos de los mejores sitios para ver flamenco en Sevilla son La Carbonería, Casa de La Memoria y Casa del Flamenco. Si viajáis con niños, también podéis visitar el Museo del Baile, donde podréis ver un espectáculo, aprender sobre la historia del flamenco, e incluso asistir a clases. Da igual lo que decidáis hacer, pero aseguraros de reservar con antelación y llegar temprano para conseguir sentaros cerca del escenario.
Otra visita obligatoria en Sevilla es la Catedral, construida entre 1434 y 1517. Se trata de la catedral gótica más grande del mundo y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Os sentiréis bastante pequeños a su lado. También es allí donde se encuentra la tumba del infame explorador Cristóbal Colón. Pasead alrededor de la catedral, y después subid al campanario, la Giralda, desde donde tendréis unas vistas aéreas de la ciudad. Este campanario, del Siglo XII, era el Aminar de la mezquita mayor de Sevilla, y destaca al lado de la catedral por su arquitectura morisca. Además, el Patio de los Naranjos también forma parte de la antigua mezquita, un encantador patio rodeado de naranjos. Si sabéis a la hora que planeáis llegar, os recomendamos que compréis las entradas con antelación para evitar colas.
Después de visitar la catedral, os podéis dirigir hacia el Museo de Bellas Artes. Situado dentro de un antiguo convento, se trata de uno de los mejores museos de arte de España. Aquí encontraréis una gran variedad de pinturas y esculturas que van desde el Siglo XV hasta el Siglo XX. También consta de una sección de pinturas religiosas del Siglo XVII, conocido como el Siglo de Oro Español. Velázquez, Gonzalo Bilbao y El Greco son algunos de los artistas que encontraréis aquí.
La Plaza del Salvador es una animada plaza en el casco antiguo de Sevilla, repleta de bares y restaurantes. Toma su nombre de la iglesia del Siglo XVII que está enfrente. A primera vista, El Divino Salvador destaca por su fachada manierista de color rojo y blanco, pero dentro encontraréis un impresionante interior barroco con un retablo dorado. Si habéis visitado la catedral, la misma entrada os dará acceso a la esta iglesia. También podéis comprar la entrada aquí primero y después usarla para saltaros la cola de la catedral.
Continuad hacia Casa de Pilatos, una preciosa mansión que aún es la casa de los Duques de Medinaceli. Data del Siglo XV y combina elementos góticos, mudéjares y renacentistas, convirtiéndolo en una pequeña muestra del Alcázar de Sevilla. Aseguraros de visitar la planta de arriba para poder admirar los coloridos azulejos y después mirad hacia arriba para ver los artesonados, techos de madera decorados con patrones muy complejos.
Desde Casa de Pilatos, os llevará unos 15 minutos andando llegar hasta la Universidad de Sevilla. Este imponente edificio del siglo XVIII, fue la Real Fábrica de Tabacos, una de las industrias punteras de ciudad y la primera fábrica de este tipo en Europa. Actualmente, los visitantes vienen para admirar su arquitectura barroca, pero también es un homenaje a la opera de Bizet, Carmen, ya que fue aquí donde la historia ficticia estaba ambientada. La Universidad ha estado aquí desde los años 50 y se trata de uno de los edificios más grandes de España. Podéis explorarlo libremente, o coger una audio guía en la entrada principal para aprender más sobre la historia del edificio.
Por la tarde, caminad hasta Plaza España. Esta extravagante plaza fue diseñada por Aníbal González en 1929 para la Exposición Iberoamericana. Actualmente, se trata de una de las localizaciones más icónicas de Sevilla. Pasead por la plaza y admirar las fuentes, puentes y los impresionantes mosaicos que representan todas las provincias de España. También podéis subir a un barco y pasead por los canales o observar a los artistas callejeros que os mostrarán su talento bailando flamenco.
Plaza España forma parte del Parque de María Luisa. Se alarga unas 34 hectáreas y es el sitio perfecto para escapar del calor del verano en esta ciudad. Otros edificios que destacan dentro del parque incluyen el acuario, el Museo de Artes y Costumbres Populares, y el Museo Arqueológico, que tiene esculturas romanas y mosaicos. También encontraréis una serie de zonas ajardinadas, estanques y caminos repletos de árboles, que podréis descubrir andando o en bicicleta.
Cerca del parque encontraréis el Palacio de San Telmo, un edificio que ha tenido muchas vidas a lo largo de los años. Establecido durante el Siglo XVII, inicialmente fue construido como parte de la Universidad de Mareantes, de ahí el nombre San Telmo, patrón de los navegantes. Después, fue un Palacio Real, hasta que la princesa María Luisa donó el edificio a la iglesia. En 1989 se convirtió en la sede del Gobierno de Andalucía, y sigue siéndolo actualmente. Es difícil no parar delante de este sitio histórico, con su llamativa fachada roja y amarilla y su entrada principal de estilo barroco diseñada por el arquitecto Leonardo de Figueroa. Aseguraros mirar hacia arriba para ver la estatua de San Telmo. Para ver el interior deberéis reservar una visita con antelación.
Acabad vuestro viaje con una visita al Metropol Parasol. Diseñado por el arquitecto alemán Jurgen Mayer, este moderno complejo tiene una estructura única que se asemeja a setas gigantes, de ahí su apodo local, Las Setas. Su serpenteante techo es uno de los mejores sitios desde donde ver la puesta de sol en Sevilla. Aseguraros de llegar un poco antes para evitar colas en el ascensor. Incluso si os perdéis la puesta de sol, obtendréis unas vistas nocturnas espectaculares de la ciudad. El edificio también tiene un museo, cafeterías, y un mercado de alimentos.
De camino a Las Setas, podéis caminar por el río y ver la Torre del Oro, una torre de vigilancia construida en el Siglo XIII.
En Sevilla, no os quedaréis cortos a la hora de hacer actividades con niños. Algunas cosas que podrían disfrutar del itinerario de arriba incluyen subir a La Giralda, observar pavos reales en el Real Alcázar y dar de comer a los patos o montar en bici por el Parque de María Luisa. Cerca del parque encontraréis el acuario, donde los niños podrán admirar miles de criaturas marinas, incluyendo tiburones, pulpos gigantes y centollos. También podéis alquilar un bote a pedales cerca de Plaza España o subir a un crucero si el tiempo no es el mejor.
Para niños un poco más mayores, también es una oportunidad para experimentar una cocina diferente. Aparte de tapas, también pueden probar los churros con chocolate caliente, un dulce tradicional, o las torrijas, que son parecidas a una tostada francesa.
Otras atracciones cercanas incluyen Isla Mágica, un parque de atracciones, o el parque acuático Aqua Mágica, donde podréis llegar en coche o en transporte público.
Para los visitantes que viajen durante verano, vale la pena reservar un hotel con piscina para poder refrescarse.
Una de las mejores maneras de descubrir Sevilla es a través de su cocina. Las tapas no son solo comida, sino una manera de socializar, donde la gente va de bar en bar. La idea es probar uno o dos platos y después ir al siguiente bar. Aquí debajo encontraréis los mejores sitios donde comer en Sevilla.
Triana, Mercado de la Encarnación y Mercado de la Feria. En este último aseguraros de visitar La Cantina para probar su pescado a la parrilla y su marisco.
Para una cata de vino de Jerez: Encontraréis vino de jerez en casi todos los bares de Sevilla, pero para la mejor experiencia, dirigiros hacia una de estas tabernas tradicionales: Casa Morales o El Rinconcillo.
Nota: Antes de salir a comer por Sevilla, deberías conocer sus horarios. Los restaurantes normalmente abren para comer entre la 1 del mediodía y las 4 de la tarde, y para cenar entre las 8 de la noche y la medianoche.
Desde hoteles boutique a palacios de lujo, aquí encontraréis algunos de los mejores sitios donde alojaros en Sevilla.
La mejor época para visitar Sevilla es durante la primavera (entre marzo y mayo) o en otoño (entre setiembre y noviembre). Aún estará claro y soleado, pero habrá menos aglomeraciones, y los precios serán más económicos. Los veranos en Sevilla pueden ser extremadamente calurosos, lo cual hace que sea más complicado descubrir la ciudad andando. También hay más turistas en verano, así que los alojamientos están más caros. Si visitáis Sevilla en primavera, también presenciaréis las fiestas más famosas de la ciudad, la Feria de Abril y la Semana Santa.
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