Bilbao es la ciudad más grande del País Vasco además del punto de partida perfecto para un tour por el norte de España. Esta antigua metrópolis industrial se ha transformado en un paraíso arquitectónico, deslumbrando a los visitantes con sus emblemáticos edificios. Desde el teatro neobarroco y la estación de tren Art Nouveau hasta el llamativo museo Guggenheim y sus modernas exhibiciones. Las creativas e inusuales estructuras también se ven en toda la región vasca en bodegas como la del Marqués de Riscal o las Bodegas Ysios.
Más allá de su vena artística, Bilbao es famosa por su animada gastronomía, con bares de pintxos tradicionales situados junto a , y por su impresionante paisaje natural con montañas y playas que rodean las afueras de la ciudad.
Este itinerario de tres días contiene las mejores cosas que se pueden hacer en Bilbao, incluyendo qué hacer, dónde quedarse y los mejores lugares donde comer, de modo que puedas aprovechar al máximo tu estancia.
Empieza tu día en Bilbao con un paseo alrededor del ayuntamiento. Establecido en 1892, este edificio con estilo barroco ocupa el lugar de un antiguo convento. El arquitecto Joaquín Rucoba diseñó esta institución local que se encuentra a pocos pasos del río Nervión y del Puente del Ayuntamiento.
Esculturas clásicas decoran las afueras, mientras que en el interior hay habitaciones primorosas como el Salón Árabe con su decoración neomudéjar. Para visitar el ayuntamiento, asegúrate de reservar un tour con antelación.
Desde el ayuntamiento, puedes ir a la parada del funicular de Artxanda. Este teleférico rojo lleva subiendo a los habitantes y visitantes hasta la cima de la montaña desde 1915. En la cima se encuentra el Monte Artxanda, uno de los muchos montes que bordean la ciudad. Aquí puedes disfrutar de las mejores vistas panorámicas de Bilbao y sus alrededores.
Una vez hayas explorado Artxanda, vuelve a bajar y sigue el camino hacia el puente Zubizuri. Acabado en 1997, este puente se encuentra entre las estructuras contemporáneas de Bilbao y destaca frente a los cruces más antiguos de la ciudad. Santiago Calatrava diseñó esta icónica pasarela de ladrillos de vidrio y un elegante arco blanco, de ahí el nombre Zubizuri que se puede traducir como “Puente Blanco” en euskera.
Otro puente famoso de Bilbao es el puente de La Salve, que te lleva directo hacia el Museo Guggenheim. Construido en los 70, el puente cruza el río y acaba con el edificio del museo en el otro extremo, lo que lo convierte en un lugar muy frecuentado para hacer fotos. Puedes verlo desde lejos gracias a su arco rojo brillante, un elemento diseñado por el artista francés Daniel Buren en 2007 para celebrar el décimo aniversario del museo.
Una vez hayas cruzado el puente, acabarás en frente del Museo Guggenheim. Inspirado por las escamas de los peces y las formas de los barcos, el canadiense Frank Gehry diseñó este impresionante edificio brillante hecho de azulejos de titanio. El Guggenheim revitalizó la imagen postindustrial de Bilbao y la impulsó al mundo del arte moderno. Desde su apertura en los 90, el museo se ha convertido en una de las principales atracciones de la ciudad, debido a su diseño icónico.
En el exterior hay unas pocas instalaciones contemporáneas que merece la pena ver, como el cachorro florido creado por Jeff Koons o la araña gigante de Louise Bourgeois.
Todavía, merece la pena entrar dentro, donde encontrarás obras de arte de Mark Rothko, Yves Klein y muchos otros. Además de la colección permanente, hay también exhibiciones temporales, así que asegúrate de revisar el calendario. Para evitar las colas, puedes reservar tu ticket con un horario específico online.
Incluso si no vas a coger ningún tren, merece la pena ir la estación de tren Abando en Bilbao para maravillarse con sus impresionantes vidrieras. El panel presenta temas relacionados con la historia y las costumbres de la ciudad, con referencias a la Basílica de Begoña y a la antigua industria siderúrgica y pesquera.
Continúa tu tour por la ciudad con una visita al Azkuna Zentroa, también conocido como Alhóndiga Bilbao. El diseñador francés Philippe Starck reutilizó este antiguo almacén de aceite y vino y lo convirtió en un centro cultural modernista. El edificio alberga una galería de arte, un cine, una piscina y varios comedores. Observa las inusuales columnas tubulares de la planta baja y paga una visita a la tienda DendAZ para obtener un regalo hecho por los diseñadores locales.
Nuestra próxima parada es el Museo Bellas Artes. Abierto desde 1914, este museo tiene una de las mejores colecciones de arte en el País Vasco, con piezas que van desde esculturas góticas hasta el arte pop. Este trabajo está dividido en tres secciones: arte clásico, arte contemporáneo y arte vasco. Los artistas de esta exposición son Paul Gaugin, Francisco de Goya, El Greco, Francis Bacon y Eduardo Chillida. Además de la colección permanente, merece la pena visitar las exhibiciones temporales que cambian a lo largo de la temporada.
A pocos pasos del museo se encuentra el Parque de Doña Casilda Iturrizar. Después de un ajetreado día de turismo, podrás disfrutar de un descanso relajante entre los árboles. Acabado en 1920, se llamó así, Casilda Iturrizar, por una filántropa local que donó los terrenos. Tiene una estructura de estilo romántico y francés, con caminos arbolados, esculturas y fuentes. Otros elementos se añadieron más tarde, como el carrusel infantil y la pérgola.
Después del parque, da un último paseo hasta el Palacio Euskalduna, parando para admirar la estatua dorada situada en lo alto de la Plaza del Sagrado Corazón de Jesús. Situado a lo largo del río, el palacio se usa como una sala de conferencias y conciertos. El edificio tiene un diseño llamativo similar a los gigantescos astilleros que en su momento ocupaban esta zona. El Euskalduna alberga la Orquesta Sinfónica de Euskadi y la Orquesta Sinfónica de Bilbao, en las que hay actuaciones durante todo el año. Si quieres ver una actuación, asegúrate de consultar el calendario de antemano.
Junto al Casco Viejo de Bilbao y con montañas a su alrededor se encuentra la Basílica de Begoña. Esta iglesia del siglo XVI es mayormente gótica en cuanto al estilo, pero también tiene algunos elementos del Renacimiento como una entrada arcada. Dentro encontrarás techos abovedados y un retablo dorado con la estatua de la Virgen Begoña, la patrona de la región de Vizcaya. Puedes ir a pie o coger el ascensor desde la estación de metro del Casco Viejo.
Después de visitar la basílica, pasa el resto de la mañana explorando el casco antiguo, también conocido como Casco Viejo o Siete Calles. La primera parada es la Plaza Unamuno, una plaza colorida llamada así por el filósofo y escritor Miguel de Unamuno.
La plaza alberga el Museo Arqueológico de la ciudad, donde podrás aprender más sobre la historia de la ciudad y sus habitantes durante los siglos.
Hay muchas más calles y plazas que explorar en el propio Casco Viejo. Algunas de las más importantes localizadas aquí incluyen la Catedral de Bilbao, la Plaza Nueva y las iglesias de San Antón y San Nicolás. Establecida sobre el siglo XIV la catedral de Bilbao tiene un estilo ecléctico combinando elementos góticos, renacentistas y neoclásicos. Justo sobre la entrada principal, podrás ver las conchas de vieira, una referencia icónica para aquellos que siguen el Camino de Santiago. Después de cubrir los principales lugares de interés turístico, tómate un tiempo para pasear por las sinuosas calles del casco antiguo y visitar las tiendas y cafés locales.
Cruza el Puente de San Antón y acabarás en el distrito de La Vieja. También conocido como Bilbi, es uno de los distritos más modernos de la ciudad donde albergan tiendas de boutiques independientes, galerías de arte y restaurantes estilosos. También es un lugar perfecto para el arte callejero, con varios murales pintados por artistas vascos. Puedes encontrar un par de ellos alrededor de Cortés Kalea, pero aquí tienes un mapa de los murales para que no te pierdas nada. Otra cosa que resaltar en esta área es el horno de calcinación, un horno enorme de ladrillos que en el pasado formaba parte de una mina local.
Cuando hayas terminado de explorar el vecindario de La Vieja, dirígete hacia el Museo de Reproducciones que se encuentra bastante cerca. Abierto desde 1927, este museo alberga una serie de reproducciones clásicas. La mayoría de estos son primeras copias de los originales, lo que permite admirar réplicas exactas de obras de arte como Los Esclavos y El Moisés de Miguel Ángel, el Friso del Partenón y la Diana de Gabbi. Estas esculturas se trajeron aquí para ayudar al crecimiento de la oferta cultural de la ciudad y ayudar a los estudiantes de Bellas Artes locales en su proceso de aprendizaje. También merece la pena admirar el edificio en sí, ya que ocupa una antigua iglesia Neogótica.
Haz una pausa para comer en el Mercado de la Ribera. Situado al borde del casco antiguo y del río, es el lugar perfecto para degustar la gastronomía de Bilbao. El edificio que se ve hoy es del siglo XX, pero ocupa el sitio del antiguo mercado de la ciudad, que data del siglo XIV. Es uno de los mayores mercados cubiertos de Europa, con más de 10.000 metros cuadrados. En su interior, encontrarás numerosos puestos de productos locales, junto a bares y restaurantes donde podrá pedir unos pintxos (Tapas Vascas).
Desde el mercado, dirígete a la Plaza Nueva. Terminada en 1851, esta gran plaza destaca por sus edificios neoclásicos. Bajo los arcados hay varias cafeterías y restaurantes al aire libre, con terrazas. La plaza y el parque Arenal colindante son puntos de encuentro locales y suelen ser usados como un escenario para festivales y conciertos. Entre estas celebraciones se encuentra la Feria de Santo Tomás, una feria gastronómica local que tiene lugar en cerca de la época navideña. Si se visita un domingo, podrías asistir al mercado semanal, donde puedes comprar artículos de segunda mano y antigüedades.
Tan solo a cinco minutos de la Plaza Nueva se encuentra el Teatro Arraiga. Después de captar su impresionante fachada neobarroca, puede terminar el día asistiendo a un show aquí. El programa cambia con cada temporada y suele incluir una mezcla de conciertos clásicos y representaciones teatrales. También hay tours guiados durante el fin de semana que llevan a los visitantes entre bastidores, pasando por las impresionantes salas del teatro y mostrando su colección de trajes.
Es hora de explorar más allá del centro de la ciudad. Súbase al metro y baje en la estación de Neguri. Este barrio costero es famoso por sus paseos marítimos y sus tranquilas playas. Sus estrechas calles están repletas de pequeñas tiendas y restaurantes de marisco. No te olvides de los bares de pintxos que se encuentran alrededor de Las Arenas y la marina, donde puede reservar excursiones en barco.
Dirígete al norte para visitar el pueblo pequero de Algorta y el Puerto Viejo. La zona está rodeada de casas blancas y calles estrechas que dan al agua. Cerca se encuentra la Playa de Ereaga, una amplia playa que se extiende desde el Puerto Viejo hasta las Galerías de Punta Begoña. También puedes aventurarte a visitar la Playa de Arrigunaga y la iglesia neoclásica de San Nicolás de Bari. Si no te apetece subir la cuesta, hay un ascensor que conecta la Playa de Ereaga con el barrio de Algorta.
Después de relajarte en la playa, da un paseo por el paseo marítimo de Getxo. El apodo de Paseo de las Grandes Villas viene de las mansiones lujosas que puedes encontrar en la ruta, mayormente datadas del siglo XX.
No pierdas de vista la Casa Cisco, el Palacio Lezama-Leguizamón y las Galerías de Punta Begoña. Este último edificio llegó a formar parte de la muralla defensiva de Getxo. Se está restaurando poco a poco, pero de vez en cuando hay visitas guiadas al lugar. Frente a las galerías está el Faro del Muelle de Arriluce, uno de los primeros faros de Bilbao.
Sigue el paseo hasta el final y pronto llegarás al Puente Colgante. También conocido como el Puente de Vizcaya, este puente, Patrimonio Mundial de la Unesco, fue diseñado por Alberto Palacio, un alumno de Gustave Eiffel. Es el puente transportador más antiguo del mundo y lleva en funcionamiento desde 1893.
La conexión entre el Getxo y el distrito Portugalete se hace mediante una plataforma suspendida que transporta a los pasajeros y los coches sobre la Ría del Nervión. Puedes también subir en ascensor a los pilares para disfrutar de unas vistas increíbles de ambos distritos.
Puedes explorar la mayoría de los lugares de arriba a pie, pero necesitarás un coche para llegar a la Playa de Azkorri. Ya sea en coche conduciendo tú mismo o en taxi, merece la pena el viaje para ver el impresionante paisaje costero. También conocida como Playa Gorrondatxe, esta playa destaca por sus altos acantilados rocosos y su tramo de arena negra. También es famosa por su “clavo de oro”, un premio que se le otorgó por sus notables propiedades estratigráficas. Aunque no llegues a bajar, deberías dar un paseo por los acantilados.
Pasa la tarde explorando Portugalete y su pintoresco centro medieval. Empieza con una visita a la Plaza del Solar. Rodeada de edificios del siglo XIX, esta plaza empedrada es el lugar ideal para hacer una foto del puente de Vizcaya. Hay un monumento dedicado a Víctor Chávarri, un empresario local, y a un encantador quiosco de música en el que se realizan actuaciones al aire libre en verano.
La siguiente parada es la Torre de Salazar. Datando del siglo XV, esta torre fue erigida durante una lucha barronal por una familia local llamada Salazar, de ahí su nombre. Actualmente alberga un restaurante y un pequeño museo con exposiciones sobre la historia de la familia y la región de Portugalete. Entre las exhibiciones hay una maqueta del pueblo en el siglo XVII con sus antiguas murallas defensivas. Asegúrate de subir a la planta superior para disfrutar de unas vistas espléndidas del río.
Cerca de la torre, encontrarás la Basílica de Santa María con su impresionante campanario. El principal edificio se construyó sobre el año 1580, pero la torre se añadió más tarde en el siglo XVIII. Por fuera se pueden admirar las características góticas de la iglesia con gárgolas y arbotantes, mientras que por dentro hay techos abovedados y un impresionante retablo tallado en madera.
Continúa por el río y pronto verás el Museo Rialia. El alto edificio de ladrillos rojos destaca de inmediato ya que sobresale en el agua. En el interior del museo hay una serie de exposiciones sobre la historia industrial de Portugalete y su desarrollo a lo largo de los años. Son parte de la exposición los cuadros, piezas de maquinaria y cortometrajes sobre esta época industrial. De camino al museo, no te pierdas el edificio de la oficina de turismo y su llamativa fachada azul y amarilla.
Antes de volver a Bilbao, pasa algo de tiempo para pasear a través de uno de estos parques de la ribera de la ciudad. Desde el museo, puedes dirigirte a la Azeta Parkea y el Parque de la Benedicta o girar a la izquierda hacia el Parque Doctor Areilza. Este último cuenta con unas extravagantes esculturas de animales en medio de los árboles exóticos.
Bilbao tiene muchos lugares de interés para las familias. Incluso si no vais dentro del infame Guggenheim, los niños disfrutarán jugando alrededor de las gigantes esculturas que se encuentran al aire libre. Otros museos que puedes visitar en familia incluyen el Museo Marítimo, el Museo Vasco y el Museo de Bellas Artes.
Cerca del Museo de Bellas Artes se encuentra la llamativa Torre Iberdrola, el edificio más alto de Bilbao. Reúne a tu familia y dirigíos al mirador de la planta 25 para admirar las vistas de 360º de la ciudad.
Que la ciudad esté situada junto al río también ofrece la oportunidad perfecta para un paseo en bici o incluso en barco. Estas pueden ser las alternativas a un tour a pie ya que puedes recorrer la mayor parte de los lugares emblemáticos de Bilbao mucho más rápido.
Más actividades divertidas incluyen el viaje en funicular al monte Artxanda y el cruce del Puente de Vizcaya.
Cuando estés cansado de hacer turismo, hay muchos parques en Bilbao con zonas de juegos donde puedes descansar como el Parque Doña Casilda. Más allá, en Getxo, hay playas y acuarios listos para recibirte.
Los niños disfrutarán las visitas al Basondo y al refugio de fauna amenazada de Karpín. Estos centros de fauna están a 40 minutos y 1 hora en coche, respectivamente, de Bilbao.
Cuando visites Bilbao debes probar los pintxos, el toque vasco de las tapas españolas. Los pintxos son pequeños trozos de pan cubiertos de una variedad de ingredientes incluyendo queso, carne y marisco. Estas delicias locales están disponibles en casi todos los bares de la ciudad y normalmente cuestan entre 1 y 3 euros por pintxo. Algunos de los mejores sitios para comer pintxos en Bilbao es alrededor de la Plaza Nueva. Desde allí puedes hacer txikiteo, que significa básicamente ir de bar en bar probando diferentes pintxos. Para algo más dulce, prueba los Canutillos de Bilbao, un rollo de hojaldre relleno de crema y espolvoreado con azúcar. A continuación, tienes algunos de los mejores lugares para comer en Bilbao:
Bilbao se encuentra en el norte de España, donde el clima suele ser más frío que en otras partes del país como Andalucía. Puedes esperar más lluvias aquí, especialmente si lo visitas durante el verano. Con eso en mente, el mejor momento para visitar Bilbao es entre mayo y septiembre, cuando hay menos probabilidades de lluvia. También puedes organizar tu viaje en torno a algún festival de la ciudad, como la Cabalgata de Reyes Magos en enero o la Aste Nagusia en agosto.
Hay varias maneras de llegar a Bilbao. Puedes volar hasta aquí desde la mayoría de las capitales o, si vienes desde el Reino Unido puedes llegar en ferry, que tarda entre 24 y 32 horas.
Una vez hayas llegado a la ciudad, puedes explorarla a pie o incluso alquilar una bicicleta, ya que Bilbao es mayormente llana. También dispones del transporte público, como el autobús o el metro. Si exploras distritos más alejados como Getxo o Portugalete, el metro es la mejor opción. Dependiendo del número de días que te quedes, te merecerá o no la pena comprar una tarjeta Bilbao Vizcaya, que cuesta entre 10 y 15 euros.
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