En el corazón de Castilla-La Mancha se encuentra Albacete, la ciudad más grande de toda la región. Ocupada desde la prehistoria, las primeras referencias escritas se prolongan al siglo VIII cuando Albacete era una ciudad árabe conocida como Al-Basit. Más tarde, en el siglo XIII, la ciudad fue conquistada por los cristianos.
Entre sus principales edificios históricos se encuentra la Catedral de San Juan Bautista de Albacete, una iglesia gótica que tardó más de 400 años en ser construida. El terreno plano de la zona hace que sea fácil visitar la ciudad a pie. En nuestro itinerario de un día encontrarás las mejores actividades, incluyendo recomendaciones sobre dónde comer y dónde alojarse.
Nuestro viaje comienza con la visita al Museo de Albacete. Aquí aprenderás todo sobre el pasado de la ciudad. Dentro del parque Abelardo Sánchez, este museo posee tres diferentes secciones: la zona Arqueológica, en la que encontrarás diferentes objetos del pasado recolectados en lugares del Paleolítico, la zona de Bellas Artes, que se centra en el arte contemporáneo y, por último, la Etnografía, que nos muestra utensilios antiguos usados por residentes de Castilla en su día a día.
Tras visitar el museo, da una vuelta por el parque y disfruta de uno de los mejores espacios naturales que Albacete ofrece. Muchos de sus habitantes vienen hasta aquí para escapar del calor en épocas de verano.
Sal del parque y dirígete hacia el noreste hasta Calle Tejares. Aquí encontrarás diferentes casas tradicionales con patios pintorescos. A unos pocos pasos de esta famosa calle se encuentran algunos de los edificios más impresionantes de la zona, como la Posada del Rosario con su fachada tachonada de pinchos, la Casona Persona de estilo rococó, y el Antiguo Monasterio de la Encarnación con fecha anterior al siglo XVI.
Si eres adicto a las compras visitar la Calle Ancha de Albacete será como visitar el cielo. Es una calle repleta de tiendas, desde marcas locales e internacionales a boutiques y tiendas artesanales. No olvides visitar el Pasaje de Lodares, un pasaje construido en el siglo XX, con tiendas divididas por columnas renacentistas. Mantén tu atención en la cubertería, como los cuchillos, ya que la zona es famosa por su producción.
Tras pasear por el casco antiguo de Albacete, dirígete hasta la Casa de Hortelano. Este edificio modernista del siglo XX alberga en su interior el Museo de la Cuchillería, un museo dedicado a los cuchillos. Aquí se muestra la historia de la industria del cuchillo en la región y su evolución desde la producción manual hasta la actualidad. Al finalizar la visita puedes adquirir un souvenir de la tienda de regalos.
Frente a la Casa de Hortelano encontrarás el edificio más famoso de Albacete: La Catedral de San Juan Bautista de Albacete. Su construcción comenzó en 1515, pero tardó más de 400 años en completarse, por lo que posee diferentes estilos arquitectónicos. La base del edificio es gótica. Sin embargo, también encontrarás diferentes detalles renacentistas y barrocos en su interior y exterior.
La Plaza del Altozano es el mejor lugar para terminar este día tomando algo, o dando un paseo por los jardines de la zona. Esta plaza es el corazón del centro de la ciudad. Entre aquellos edificios históricos que merece la pena visitar se encuentran el Museo Municipal, el Gran Hotel, el Palacio de Justicia, la Filmoteca y el Banco de España. En el centro de la plaza, rodeado por los jardines del Altozano, hay un monumento que representa la conexión de la ciudad con la industria cuchillera.
Una de las mejores actividades para hacer con niños es visitar los parques locales. Tanto si vas a pequeños jardines por el Museo de Albacete o a espacios más grandes como el Parque de la Pulgosa, encontrarás una zona para pasar un rato familiar. Solo hay unas pocas actividades que hacer en el centro de la ciudad, lo que te permitirá visitarla con tranquilidad. De igual forma, puedes combinar tu viaje de un día a Albacete con la visita a otros pueblos cercanos, o explorar los senderos naturales de las Lagunas de Ruidera.
Albacete es famoso por sus platos de carne. Entre sus especialidades locales está el Cochinillo de Segovia y la Caldereta manchega. Algunos de los platos son una variación de recetas nacionales, como el gazpacho manchego, que normalmente viene acompañado de carne de conejo. Para el postre, prueba los miguelitos, pequeños pastelitos recubiertos de crema. Estos son especialmente famosos durante las fiestas locales. A continuación, encontrarás algunos lugares donde comer en Albacete:
Si vienes a Albacete, el mejor momento será entre los meses de abril y junio, o septiembre y octubre. En este momento, la temperatura es cálida y placentera, aunque puede haber un poco de lluvias. Julio y agosto son los meses más calurosos, y no es agradable visitar la ciudad. Si lo que quieres es disfrutar de la feria de Albacete, tienes que viajar en septiembre.
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