Fundada en el año 25 a.C, Mérida posee uno de los conjuntos arqueológicos romanos más grandes de España. La capital de Extremadura fue nombrada por los romanos bajo el nombre de Emérita Augusta, y todavía hoy, encontrarás restos de este imperio, como el Teatro Romano, alrededor de esta ciudad nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Debido a las diversas festividades en las que se recrean antiguas tradiciones, Mérida es una ciudad muy animada durante el verano. Detrás del teatro encontrarás otras de sus mayores reliquias: desde un templo romano a una alcazaba árabe y una basílica del siglo XIII.
Un solo día será suficiente para disfrutar la ciudad, pero si tienes más tiempo, también puedes viajar hasta otros pueblos de alrededor como Badajoz o Cáceres. A continuación, encontrarás un itinerario completo, incluyendo lugares donde comer y sitios en los que alojarse.
Nuestra visita a Mérida comienza en el Circo Romano, uno de los mayores monumentos de esta ciudad romana. Este circo era capaz de agrupar a más de 30.000 personas. Durante siglos se usó como un hipódromo en el que se celebraban carreras de carros. Hoy en día solo quedan restos de la arena y el patio de butacas. Merece la pena visitar el centro de interpretación del área para saber más sobre la historia del monumento y de Diocles, un corredor de carros que inició su trayectoria en Mérida antes de viajar hasta Roma. Un ticket combinado te dará acceso al circo y al resto de lugares de interés.
A unas pocas millas al norte se encuentra el Teatro Romano, el lugar más famoso de Mérida. Construido en el siglo XV a. C, todavía hoy sigue en funcionamiento. Aquí se celebran todo tipo de espectáculos, como conciertos, obras de teatro y ballet. El más famoso es el Festival de Teatro Clásico que rinde homenaje a las antiguas tradiciones teatrales en Grecia y Roma. Los turistas tienen la oportunidad de sentarse en los bancos de piedra para imaginar cómo sería acudir a uno de los espectáculos de la época. Entre los aspectos a destacar del edificio se encuentran las impresionantes columnas corintias y el pórtico central con estatuas de sus dioses.
Conectado al Teatro Romano, y con fecha anterior al siglo VIII a. C, se encuentra el anfiteatro de Roma. En su día era el lugar perfecto para las batallas de gladiadores que incluían a más de 14.000 espectadores. En el Museo Nacional de Arte Romano encontrarás el fresco de “Gladiador luchando contra un león” ambientado en este mismo lugar. Las representaciones de batallas navales también eran muy populares, con el escenario inundado de agua para representar el mar. Tras la prohibición de las batallas de gladiadores, el anfiteatro pronto se convirtió en ruinas.
Otro lugar que merece la pena visitar es la Casa Romana del Anfiteatro, una antigua villa romana contigua al anfiteatro. Las habitaciones están muy bien conservadas, con suelo de mosaico con representaciones de diferentes frescos. Los restos de los patios interiores, la cocina y los baños termales también pueden visitarse.
Como su propio nombre indica, este museo está dedicado al arte romano. La colección ocupa tres pisos incluyendo estatuas, mosaicos, frescos, monedas y alfarería. Muchos de los artículos fueron coleccionados durante años en Mérida y en zonas de alrededor hasta la apertura del museo en 1986. Aquí encontrarás el busto del emperador romano Augusto hecho con mármol de Carrara y pinturas murales del teatro Romano. El edificio en sí mismo destaca por su fachada de terracota y la entrada en arco. Asegúrate de poder pasar más de una hora visitando la zona.
La siguiente visita será a la Casa del Mitreo. Construida entre el siglo I y II, esta villa romana pertenecía a una familia de la nobleza. Su nombre proviene de un templo cercano dedicado al culto a Mithra. Todavía se pueden observar los impresionantes mosaicos de la casa, incluyendo el mosaico cosmológico, que representa las fuerzas de la naturaleza y la creación del mundo. Un camino conecta la Casa del Mitreo con la necrópolis romano, Los Columbarios.
Después de comer continúa paseando hasta llegar al Pórtico del Foro. Se trata de los últimos restos del foro romano del siglo I de la época del imperio de Augusto. Aquí podrás observar las columnas corintias, además de las paredes con estatuas de dioses romanos.
A unos pocos minutos del Pórtico, te tropezarás con el Templo de Diana. Su forma rectangular desemboca en un pedestal con columnas antiguas que contrastan con los modernos edificios de la zona.
Visita la Plaza de España, una de las plazas del centro de la ciudad. Esta zona está repleta de restaurantes con terrazas al aire libre para tomar algo por la tarde. Los edificios poseen una mezcla de épocas arquitectónicas, desde la co-catedral de Santa María la Mayor del siglo XIII hasta el palacio, convertido hoy en día en un hotel de lujo, del siglo XVI. La iglesia ocupa el lugar de un antiguo templo visigodo. Muchos de los edificios se restauraron en el siglo XVIII siguiendo un estilo de arte neoclásico.
Dirígete hasta el paseo marítimo y visita la Alcazaba de Mérida. Esta fortaleza islámica se estableció alrededor del siglo IX en la época de Abd ar-Rahman II. Se considera la primera Alcazaba de la región de Al-Andalus. Entre sus elementos más notables se encuentran los restos del aljibe romano, usado para almacenar agua del río Guadiana. Merece la pena caminar por la muralla para observar el puente romano y el río. Cerca se encuentra la estatua de la Loba Capitolina, haciendo honor así al pasado romano de la ciudad.
Tras visitar la Alcazaba, puedes cruzar el Puente Romano. Construido durante la fundación de la ciudad, se trata de uno de los puentes romanos más largos, conectando Mérida con Tarragona. El puente posee unos 792 metros y está formado por sesenta arcos de granito. Desde aquí podrás observar el Puente Lusitania, un puente moderno diseñado por el famoso arquitecto Santiago Calatrava.
Finaliza tu día con una visita a la Zona Arqueológica de Morería. Aquí encontrarás los restos del barrio árabe, incluyendo las paredes y el cementerio, además de ruinas romanas. En el centro de visitas encontrarás un mapa de la antigua red de carreteras de la ciudad.
Hay muchas actividades para hacer con niños en Mérida. Podéis viajar al pasado visitando los monumentos históricos de la ciudad, caminar por el anfiteatro romano o subir hasta la antigua fortaleza árabe para observar el río Guadiana. Si acabáis cansados, podéis ir hasta uno de los parques locales de la zona como Parque López de Ayala o Parque La Isla. Este último con espacios ambientados para jugar al fútbol o baloncesto, carril bici y un parque de juegos para los más pequeños. Del mismo modo podéis cruzar el río y hacer un picnic en el Parque de las Siete Sillas.
Mérida ofrece la posibilidad de disfrutar de los platos más tradicionales de Extremadura. El cerdo aparece en la mayoría de sus recetas: salchichas, sopas, guisos… La proximidad de Portugal también ha influenciado la cocina local de Mérida, con platos como el bacalao dorado. Otro plato tradicional es el cocido extremeño. A continuación, encontrarás algunos lugares donde comer en Mérida:
Mérida posee temperaturas extremas, con heladas en invierno y días de verano que alcanzan los 40º o más. Teniendo esto en cuenta, el mejor momento para visitar la ciudad es entre marzo y junio, o septiembre y octubre. También merece la pena organizar tu viaje en época de fiestas locales como el Festival de Teatro Clásico o Semana Santa.
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