Muchos turistas se sienten atraídos por El Algarve por sus impresionantes playas, calurosas noches de verano, campos de golf de lujo, e increíbles paisajes naturales que te dejarán con la boca abierta. Aunque El Algarve es conocido en todo el mundo, posee una parte todavía inexplorada por muchos: Faro, la entrada principal a El Algarve.
El aeropuerto de Faro suele ser la primera parada en tu viaje a El Algarve, y para algunos suele ser la única zona que visitan de Faro. Esta ciudad infravalorada, que, de hecho, es la capital de El Algarve, aunque recibe mucha menos atención que sus pueblos vecinos del este, está llena de impresionantes atracciones como ruinas romanas, iglesias barrocas y un palacio Rococó. Toda la costa de Faro forma parte de la reserva natural de la Ría Formosa, llena de lagunas e islas con playas de arena dorada.
Nuestro itinerario de tres días te muestra qué ver en Faro, incluyendo restaurantes y alojamientos, para que disfrutes de tu viaje.
La mañana comienza con una visita al Mercado Municipal de Faro. Este mercado tradicional ofrece productos desde marisco fresco hasta frutas y verduras. Allí encontrarás muchas cafeterías y restaurantes en los que degustar la cocina tradicional.
Continúa hasta llegar a la Igreja do Carmo, una iglesia barroca del siglo XVIII. Desde fuera, contrastando con su fachada blanca, destacan los marcos de ventana amarillos. En lo alto de la torre de la iglesia, podrás observar diversos nidos de cigüeña. No olvides visitar el interior para disfrutar de su dorada ebanistería, vidrieras y paredes embaldosadas.
La entrada a la iglesia también incluye acceso a la Capela dos Ossos, justo debajo del principal edificio de la iglesia. “Detente aquí y considera el destino que te espera” - es la frase que podrás leer antes de entrar a una habitación repleta de huesos y calaveras. En su interior permanecen los restos de más de 1000 monjes exhumados de un cementerio local en el siglo XIX.
Tras visitar la capilla, dirígete al puerto de Faro, donde muchos locales amarran sus barcos. Desde aquí, puedes coger un ferry hasta Praia da Faro, o incluso algunas de sus islas cercanas como Ilha da Culatra, Ilha da Barreta (también conocida como Deserta) e Ilha do Farol. También puedes aprovechar tu segundo día de viaje para esta actividad.
Dirígete al casco histórico de Faro, haciendo una parada para admirar el Arco de Vila. En lo alto de este arco neoclásico encontrarás la figura del patrón de la ciudad, Santo Tomás de Aquino. Su figura marca la entrada al barrio medieval de Faro, también conocido como Vila Adentro. Su interior es un dédalo de calles repletas de naranjos y casas adoquinadas.
Dirígete a Largo da Sé para observar el Palacio Episcopal. Construido entre los siglos XV y XVII, todavía hoy sirve de residencia al obispo de El Algarve. Los turistas pueden visitar su interior, decorado con imponentes fachadas de azulejos.
Camina hasta la catedral de Faro, un edificio impresionante que fue una mezquita. Debido a los ataques de las tropas inglesas y una serie de terremotos devastadores, la iglesia sufrió una serie de renovaciones que alteraron significativamente su estructura original. El resultado es una mezcla única de arquitectura renacentista y barroca. Asegúrate de subir hasta la torre de la iglesia. Si sigues sus estrechas escaleras hasta lo alto, podrás disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad de Faro y el Parque Natural de Ría Formosa. Se trata de uno de los miradores más increíbles de la ciudad, así como el lugar perfecto para disfrutar del atardecer.
Nuestra siguiente parada es el Museo Municipal de Faro. Su colección de artefactos ofrece una serie de objetos desde la época histórica hasta el periodo neoclásico. Entre ellos encontrarás grandes mosaicos de Roma, y el jardín del claustro vigilado por gárgolas. Si tienes suerte, podrás disfrutar de un espectáculo de fado, un género musical tradicional de Portugal en el que se combinan actuaciones de canto y guitarra.
Alrededor del casco histórico encontrarás trazos de las paredes medievales de la ciudad. El Arco do Repouso es una de las pocas entradas de la ciudad que permanecen, junto al Arco da Porta Nova y el Arco da Vila.
Termina tu día en el Jardim da Alameda Joao de Deus, el jardín más grande de la ciudad. Siguiendo la entrada llena de palmeras, terminarás en una pequeña casa repleta de bonitos detalles islámicos. También encontrarás un edificio neo-arábico, y un antiguo matadero, en el que hoy se encuentra la librería principal de la ciudad. Los pavos reales le suman encanto a este jardín.
Merece la pena visitar el Museo Regional de El Algarve. En su interior encontrarás una serie de fotografías que muestran cómo El Algarve ha evolucionado a lo largo de los siglos, desde objetos tradicionales que se usaban para pescar hasta trajes tradicionales.
Cerca de Faro se encuentra el Parque Natural de Ría Formosa, un impresionante sistema de lagunas costeras de más de 60 kilómetros. Allí encontrarás islas barrera y canales que producen hábitats para especies de pájaros y marinas. Faro es una zona migratoria entre Europa y África, lo que significa que podrás encontrar allí muchas especies distintas. El parque natural se trata de una zona de criadero para muchas especies, incluyendo los flamencos. Si tienes suerte podrás encontrar correlimos, charranes, alondras, cigüeñas, somormujos, alcas, tordas, águilas, cigüeñas, y diferentes variedades de chorlitos.
Súbete a un ferry o a una lanzadera desde Cais da Porta Nova hasta Ilha da Barreta, también conocida como Ilha Deserta. Llegarás a la orilla en pocos minutos. Esta playa difiere completamente de las playas repletas de gente de El Algarve. De hecho, se trata de una de las playas menos frecuentadas del sur de Portugal. Forma parte del Parque Natural de Ría Formosa, junto a otras cuatro islas que conforman la laguna costera considerada una de las Siete Maravillas Naturales de nuestro país. No muchos turistas visitan este lugar, ya que incluso para algunos habitantes de Faro se trata de una zona paradisíaca completamente desconocida. Si te embarcas en esta aventura, podrás disfrutar de playas de arena blanca, vida salvaje increíble y aguas cristalinas, y todo esto por tan solo 10 euros. ¡Un viaje económico hacia el paraíso!
Si tienes hambre, solo tendrás un lugar al que poder ir, ya que Estaminé es el único restaurante en Ilha Deserta. Entre sus especialidades destacan los platos de marisco como corvina, almeja y dorada.
TDa un paseo por el Malecón de Santa María para disfrutar de un paisaje increíblemente biodiverso. Aquí podrás observar las islas barrera que protegen la Ría Formosa del Océano Atlántico. Repletas de un bioma de marisma salada, aquí podrás observar plantas amantes de la sal y pastos marinos. Las dunas de arena son una maravilla, y tras el Malecón de Santa María, podrás disfrutar de la playa, pasar un día de relax o darte un baño en el océano. Si quieres saber más sobre los alrededores naturales del Malecón, te recomendamos contratar un guía local.
También merece la pena visitar otras islas cerca de Faro como Ilha da Culatra e Ilha do Farol. Además del ferry, también puedes contratar viajes en barco a estos lugares.
Es la hora de hacer una excursión de un día a Estoi. Este pueblo se encuentra a tan solo 20 minutos de Faro, y merece la pena visitarlo. Puedes llegar hasta aquí en autobús, haciendo una pequeña parada en la iglesia de Estoi. La Igreja Matriz de Estoi se construyó en el siglo XV, al igual que la de Faro, y de igual forma fue afectada por el terremoto de 1755, y restaurada posteriormente para alcanzar su antiguo esplendor.
No puedes irte sin visitar el Palacio de Estoi, con su impresionante fachada rosa y lujosos jardínes. Este palacio del siglo XIX es ahora un hotel, con poco más de 60 habitaciones, un spa y dos grandes piscinas, junto con muchas otras instalaciones que esperarías encontrar en los mejores hoteles. Su interior es digno de un museo, con magníficos techos de yeso, candelabros y figuras mitológicas en sus paredes. En la zona exterior, estatuas de diosas y paredes de azulejos se esconden entre la vegetación. Como turista, podrás explorar el jardín principal y la gran sala del hotel.
Continúa tu visita por la Villa Romana de Milreu. Esta zona romana bien preservada se erigió durante el siglo I a. C, y fue una villa lujosa durante los siguientes siglos. Servía de complejo termal y de gran templo. Muchos de sus mosaicos permanecen intactos y muestran un claro énfasis en motivos marítimos.
Faro posee numerosas actividades para hacer con niños. Un tren turístico te conduce a las diferentes atracciones de la ciudad, ahorrando así dinero y energía. En el centro de la ciudad se encuentra el Centro de Ciencia Viva do Algarve, un centro científico con animales y exhibiciones interactivas en las que se tratan temas como la astronomía, los terremotos y las mareas.
Los padres con niños más pequeños pueden usar la zona de juegos en el Jardin Alameda João de Deus o el Parque Ribeirinho. Este último también es un gran lugar para hacer un picnic.
A las afueras de la ciudad encontrarás el Forum Algarve, uno de los principales centros comerciales de la ciudad. Tiene un patio de comidas y un cine que, a menudo, proyecta películas infantiles. Cerca de allí, Mar Shopping también ofrece un cine y una zona de juegos para niños.
Si viajas en verano, te recomendamos viajar en barco hasta las islas de Faro, donde podrás disfrutar de actividades como kayak, piragüismo y SUP. Del mismo modo, podrás disfrutar de atracciones como el parque acuático Aquashow (Almancil) o la mina Rocksalt (Loulé)
Gran parte de los ingredientes de la cocina de Faro provienen del cercano Parque Natural de Ría Formosa. Entre estos se incluye el marisco, como las almejas o las ostras. Como era de esperar, la mayoría de los platos aquí poseen una base de mariscos, desde la caldeirada (guiso de pescado) hasta el arroz de longueira (arroz con navajas). También podrás degustar la cataplana, que es el nombre de un plato, pero también da nombre a la sartén de cobre en forma de concha en la que se cocina. Entre las recetas más famosas en las que se hace uso de este utensilio se encuentran las Ameijoas na Cataplana (cataplana de almejas) o la Cataplana de Tamboril (cataplana de rape). Tras conocer algunas de las delicias de la zona, te recomendamos a continuación algunos de los mejores lugares para comer en Faro:
Hotel Faro y Beach Club (4 estrellas): Si quieres disfrutar de las vistas de la Ría Formosa, te recomendamos reservar una habitación en el Hotel Faro y Beach Club. Se trata de un hotel de 4 estrellas que cuenta con una decoración moderna, amplias habitaciones y un desayuno buffet todas las mañanas. Ubicado en el centro de la ciudad de Faro, se encuentra muy cerca de su puerto marítimo.
¿Prefieres alojarte en un alquiler vacacional en lugar de un hotel? Aquí tienes una selección de los mejores alquileres vacacionales en Faro:
La mejor época para visitar Faro es en mayo. En esta época el clima es templado, y los alojamientos suelen ser más baratos que en época de verano. Las temperaturas en Faro oscilan entre los 35º en verano, siendo julio el mes más caluroso. En invierno, la temperatura desciende a una media de 17º, siendo las lluvias bastante habituales. Si quieres disfrutar de la playa, te recomendamos viajar en primavera o verano. En esta época también se celebran los eventos más populares de la ciudad, tanto desfiles como festivales de música.
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