Córdoba comenzó como un asentamiento romano y, sobre el siglo X, se consideró la ciudad más importante de Europa. Cuando los musulmanes invadieron la Península Ibérica en ese momento la llamaron Al-Ándalus y convirtieron Córdoba en su capital.
La ciudad se convirtió en el centro de intercambio cultural entre los musulmanes y los cristianos, dando lugar a numerosos desarrollos científicos y artísticos.
El rico pasado multicultural de Córdoba sigue estando visible hoy en día, desde sus coloridos patios romanos llenos de flores hasta su monumental Mezquita y su palacio árabe. A estos monumentos se suma La Judería, el antiguo barrio judío de la ciudad.
Si estás buscando qué cosas hacer en Córdoba, este itinerario de dos días te ayudará a aprovechar al máximo tu visita. Incluye los mejores lugares de interés de la ciudad, así como consejos sobre dónde comer y dónde alojarse.
La primera parada de nuestro itinerario es la Mezquita-Catedral, también conocida como la Gran Mezquita. Este es el monumento que la mayoría de la gente imagina cuando piensan en Córdoba. Como la ciudad, la Mezquita también pasó por varias modificaciones. Empezó como una Mezquita en el siglo VIII, pero tras la conquista cristiana en el siglo XIII, se convirtió en una catedral. Como resultado, el edificio presenta una mezcla de elementos cristianos e islámicos. Hoy en día, este Patrimonio Mundial de la UNESCO es uno de los monumentos más visitados de España.
Dirígete a la Puerta del Perdón, y sigue el camino hacia el Patio de los Naranjos, un patio rodeado de fragantes naranjos donde los devotos musulmanes solían realizar sus oraciones.
Desde el patio, ve a la Puerta de las Palmas, la principal entrada a la Mezquita. Dentro, encontrarás la sala de oración con los famosos arcos a rayas rojas y blancas.
Tras admirar el interior, vuelve a salir y ve al campanario para disfrutar de una vista panorámica de la ciudad. La entrada a la torre cuesta 2 euros más.
Consejo: Si no te importa levantarte temprano, es posible acceder a la Mezquita de forma gratuita de lunes a sábado entre las 8:30 a.m. y 9:30 a.m., excepto durante las celebraciones extraordinarias.
Desde la Mezquita, ve a la Calleja de las Flores. Esta estrecha calle recibe su nombre por las coloridas macetas que adornan sus edificios. Su pintoresco entorno la ha convertido en una de las calles más fotografiadas de Córdoba. La torre de la catedral se encuentra en el centro de esta calle, así que puedes fotografiarla emergiendo entre las casas blancas.
La Judería es el barrio judío más antiguo de Córdoba. Merece la pena dedicar un tiempo a explorar su laberinto de calles empedradas y monumentos ocultos. No olvide visitar la Casa Andalusí, un museo con una arquitectura de estilo morisco y la estatua de Maimónides, un prestigioso erudito judío. También destacan la sinagoga del siglo XIV, la ermita de San Bartolomé con su llamativa arquitectura de estilo mudéjar, y la Casa de Sefarad, un pequeño museo que muestra la historia de los judíos españoles.
La Puerta del Puente fue en su momento una de las principales puertas de la ciudad. La estructura que se ve actualmente data del siglo XVI, pero ya había una puerta aquí durante la época morisca y romana. Se puede pasar por debajo de ella de camino al Puente Romano.
Aunque data del siglo I a.C., el Puente Romano fue reformado en el siglo X después de la ocupación morisca de la ciudad. El puente se levanta sobre el río Guadalquivir e incluye 17 arcos de piedra. Es el lugar perfecto para observar toda la ciudad y las montañas que asoman al fondo. Al final del puente, encontrarás la Torre de la Calahorra. Esta torre fortificada alberga un museo que explora las facetas religiosas y culturales que dieron forma a la identidad andaluza.
Por la tarde, dirígete al Alcázar de los Reyes Cristianos. Este antiguo palacio real fue construido sobre las ruinas de una antigua fortaleza morisca. Parte de su estructura original se conservó, pero la mayor parte fue añadida más adelante cuando los monarcas cristianos invadieron Córdoba. Como la mayoría de los edificios andaluces, el Alcázar cuenta con una serie de salones y jardines de estilo árabe con árboles y fuentes decorativas. Estos patios son especialmente coloridos durante la primavera, cuando las flores brotan. En el interior del palacio hay una colección de antigüedades, entre las que se encuentran los mosaicos romanos descubiertos en este lugar. Los visitantes también pueden subir a las torres las cuales tienen unas vistas espléndidas de la ciudad.
Más allá de los hitos históricos, Córdoba es famosa por sus pintorescos patios. Después de visitar el Alcázar, haz un tour por los Patios de San Basilio. Estos son unos patios de propiedad privada, pero comprando unos tiques se puede conseguir acceso para visitarlos. El recorrido incluye una serie de casas con impresionantes adornos florales que han sido puestos así por los habitantes de la ciudad a lo largo de los años. Córdoba se vuelve una ciudad bastante calurosa en verano y, en la época romana, los patios como este eran diseñados para que los residentes se pudieran refrescar.
Continúa andando hasta que llegar a la Puerta de Almodóvar. En la época morisca, esta estructura defensiva se conocía como “Bab al-Chawz” o Puerta del Nogal, pero su estructura actual data del siglo XIV. Junto con la Puerta del Puente, la Puerta de Almodóvar es una de las pocas puertas que quedan en la ciudad y marca la entrada a un barrio judío de la ciudad. Junto a la puerta se encuentran los Jardines de la Victoria, un gran jardín público rodeado de palmeras.
Los mercados de comida son uno de los mejores lugares a los que ir para probar la gastronomía local. En Córdoba, puedes visitar el Mercado Victoria. El mercado ocupa un edificio del siglo XIX en medio de los jardines de la Victoria. Abierto entre las 10:00 y las 24:00 horas, se puede comer aquí a cualquier hora. Hay alrededor de 30 puestos de comida en su interior en los que sirven desde el clásico salmorejo cordobés hasta sushi y empanadas. Mientras que te decides por qué comer, tómate una copa de Montilla-Moriles, un vino parecido al sherry (jerez) y que se produce exclusivamente en Córdoba.
Por último, da un paseo por la Plaza de las Tendillas, el barrio comercial de la ciudad. Aquí encontrarás una serie de cafeterías y restaurantes con terrazas al aire libre. La plaza es incluso más especial por la noche, cuando las fuentes se iluminan. De camino allí, puedes comprar souvenirs en tiendas como Olive & Co, donde venden productos de belleza elaborados con aceite de oliva local, o la Faustino Prieto para comprar deliciosos embutidos.
Empieza tu segundo día en Córdoba con una visita a la Medina Azahara. Situada en las afueras de la ciudad, fue en su momento el centro del califato islámico. Abd al-Rahman III ordenó la construcción de la medina en el año 936 y la bautizó con el nombre de su esposa favorita, Zahara. En ese momento, el edificio se extendía a lo largo más de 1.500 metros. En 1010 fue saqueado y destruido por los almorávides. Los restos que se ven hoy en día no se descubrieron hasta principios del siglo XX y, aunque sólo es una fracción de lo que había allí, siguen dando una idea de la antigua gloria de la medina. Si no te apetece conducir hasta aquí, puedes reservar una visita guiada la cual incluye un servicio de transporte desde el centro de la ciudad.
Una vez en la ciudad, dirígete al Palacio de Viana. Durante siglos, este palacio del siglo XV fue el lugar de residencia de la realeza española. Hoy en día, los visitantes vienen aquí a ver los patios de estilo andaluz. Hay 12 patios por los que pasear, decorados con fuentes, mosaicos y coloridos parterres. Además de visitar los jardines, se puede visitar el palacio en sí, que alberga una colección de antigüedades.
Desde los patios, ve al Tempo Romano en la Calle Capitulares. Aquí encontrarás los restos del templo romano que data del siglo I d. C. Estos fueron descubiertos en los 50, cuando la ciudad estaba ampliando el ayuntamiento. Solo quedan 10 columnas restantes de la estructura original, la cual contrasta con los modernos edificios que lo rodean en la actualidad.
Dirígete tranquilamente a la Plaza de la Corredera para tomar una copa por la tarde. Fundada en el año 1600, es una de las plazas mas famosas de la ciudad. La plaza tiene un estilo castellano clásico, con forma rectangular y los arcos que la rodean. Ha tenido distintos usos a lo largo de los años, incluyendo ejecuciones, corridas de toros y mercados de comida. Hoy en día es un punto de encuentro para los ciudadanos y turistas, que se reúnen en torno a sus terrazas.
Después de un día agotador de turismo, no hay nada mejor que un baño relajante en el Hammam Al Ándalus de Córdoba. Este espacio trata de recrear los baños árabes que existían alrededor de la ciudad durante la época califal. En su momento había cientos de estos baños, pero con el tiempo la mayoría de ellos fueron demolidos. El Hammam Al Ándalus se construyó en 2001, pero se asemeja a los antiguos complejos de baño, y sus arcos de herradura. Además de acceder a los baños, se pueden reservar masajes y tratamientos.
Si visitas Córdoba con niños, lo mejor es tomarse las cosas con calma mientras hacéis turismo por la ciudad. Lugares como la Mezquita y el Alcázar pueden requerir un par de horas para que se exploren totalmente, así que recordad eso y planead descansos a lo largo del día.
Además de los lugares de interés mencionados en nuestro itinerario, hay otros sitios para familiar que merece la pena visitar en Córdoba. En el Parque Zoológico Municipal, los niños pueden ver una gran variedad de animales incluyendo avestruces, cebras y leones. Bastante cerca se encuentra La Ciudad de los Niños, un gran parque infantil abierto con toboganes, minigolf y tirolinas. También hay una cafetería y mesas de picnic por si decides llevarte un tentempié.
En verano, puedes dirigirte a Aquasierra, un parque acuático muy divertido que está a 30 minutos en coche de la ciudad. Otra idea es explorar el Parque Nacional de Andújar con Iberian Lynx Land, una empresa que organiza tours para observar la vida salvaje. Algunas especies que se pueden encontrar en el parque son el lince ibérico y el águila real.
Encontrarás la mayoría de los bares de tapas en el casco antiguo de Córdoba. Cuando visites la ciudad, ve a alguno de los locales de la vieja escuela y disfruta de su animado ambiente.
Un plato que suele estar en el menú es el salmorejo. Esta sopa es una versión más espesa del gazpacho elaborada con zumo de tomate fresco, aceite de oliva, ajo y pan rallado. A veces también puedes encontrarlo con ingredientes como jamón curado o huevo duro.
Otras delicias locales que merece la pena probar incluyen los platos de rabo de toro, el flamenquín (cerdo o jamón rebozado), y el pastel cordobés, un hojaldre relleno de mermelada de calabaza. A continuación, algunos de los mejores lugares para comer en Córdoba:
Estos son algunos de los mejores hoteles de Córdoba para pasar la noche:
La primavera es la mejor época para visitar Córdoba. Las temperaturas oscilan entre los 20-25ºC y los días son soleados. Visitar Córdoba en esta época también te permite ver los patios de la ciudad en plena floración, especialmente si se asiste a la Fiesta de los Patios en mayo. En primavera se celebran muchos otros eventos, como la Semana Santa y la Batalla de las Flores. Cuando programes tu viaje, asegúrate de comprobar las fechas de los festivales.
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