Málaga es el lugar de nacimiento de Picasso, una ciudad repleta de museos de arte moderno, donde los rascacielos de los hoteles se mezclan con monumentos centenarios como la Alcazaba y las alcazabas de Gibralfaro.
Estos antiguos edificios revelan la herencia morisca de la ciudad, mientras que la renovada zona del puerto muestra su personalidad juvenil, con animados bares y restaurantes de marisco que atraen a la multitud.
Más allá de su encanto artístico e histórico, la ciudad también forma parte de Costa del Sol, una costa estrecha del sur de Andalucía rodeada de impresionantes playas.
Nuestro itinerario de dos días te mostrará las mejores cosas que hacer en Málaga. Esto incluye los lugares de interés más importantes, así como consejos sobre dónde comer y dónde alojarse.
Comienza el tour de la ciudad con una visita al Santuario de la Victoria. Este tranquilo santuario está dedicado a Nuestra Señora Virgen de la Victoria, la patrona de Málaga. Aunque fue originalmente fundado en el siglo XV por los Reyes Católicos, el edificio que se ve hoy es del siglo XVII. Merece la pena venir aquí a ver la capilla del Camarín con su impresionante interior barroco y las inquietantes figuras de esqueletos que decoran la cripta de arriba a abajo.
Desde el santuario, se tardan alrededor de 20 minutos en llegar al Mirador de Gibralfaro. Situado sobre una colina a 130 metros de altura, es uno de los mejores miradores de Málaga. Desde aquí se pueden observar algunos de los principales atractivos de la ciudad, como la catedral y la Alcazaba, y ver los cruceros que llegan al puerto.
Continúa tu día en Málaga explorando el Castillo de Gibralfaro. Destacando sobre el resto de la ciudad, este castillo morisco data del siglo VIII, pero se reconstruyó en el siglo XIV cuando Málaga se convirtió en el puerto principal del emirato de Granada. A lo largo de los años, se utilizó como faro y cuartel militar. Hoy en día, los visitantes pueden subir a sus murallas y observar las vistas panorámicas de la ciudad. El castillo también alberga un museo militar, que cuenta con una pequeña maqueta del complejo y de la residencia inferior, la Alcazaba. Se puede llegar a Gibralfaro en coche o a pie desde la ciudad, siguiendo la ruta panorámica por el Paseo Don Juan Temboury.
A los pies de la colina de Gibralfaro se encuentra la Alcazaba, un palacio fortificado erigido hacia el siglo XI. Es uno de los monumentos más famosos de la ciudad, y se puede divisar desde cualquier esquina. Los patios, las fuentes y los arcos de herradura reflejan la influencia morisca de la ciudad. El Patio de la Alberca, especialmente, nos recuerda a la Alhambra de Granada. Pasea por los jardines y disfruta de las vistas de Málaga.
A unos pocos pasos bajando la colina, encontrarás los restos del Teatro Romano. Hay estudios que dicen que fue construida sobre el siglo I d.C. bajo el gobierno de Augusto. El teatro estuvo en uso durante cientos de años hasta la llegada de los moros, que lo convirtieron en una fuente de material de construcción. La estructura al aire libre tiene el estilo típico de otros teatros romanos, con asientos escalonados y una gran entrada. Un pequeño centro de visitantes muestra algunos de los objetos encontrados en el lugar.
Después de visitar el teatro, dirígete a la Plaza de la Merced. Esta plaza pública del barrio de la Merced también existe desde la época romana. En el siglo XV se convirtió en el lugar donde se celebraba el mercado de la ciudad, y aún hoy se conoce como Plaza del Mercado. En el centro de la plaza se encuentra hoy el Monumento a Torrijos, un gran obelisco construido en honor al general Torrijos, militar liberal español fusilado en Málaga. A lo largo de los años, muchos artistas vivieron en esta plaza, entre ellos Picasso, cuya casa se puede visitar hoy en el Museo Casa Natal.
Desde la Plaza de la Merced, dirígete al Museo Picasso Málaga para aprender más sobre este infame artista Español. Abierto desde el 2003, muestra alrededor de 200 obras de Picasso, mayormente de principios del siglo XX. Dentro puedes encontrar esculturas de arcilla, bocetos y pinturas como la de su hermana Lola. Situado en un palacio del siglo XVI, el museo también cuenta con una cafetería y suele albergar exposiciones temporales.
La Plaza del Obispo es otra de las plazas más populares de Málaga. En ella se encuentra el Palacio Episcopal, también conocido como Palacio del Obispo. El edificio data del siglo XVIII y es una de las joyas barrocas de la ciudad. En su interior podrás admirar los impresionantes azulejos y frescos, junto con objetos religiosos y monedas africanas. Es posible combinar la entrada con una visita a la catedral.
Frente a la Plaza del Obispo se encuentra la catedral de Málaga. Esta iglesia tardó unos 200 años en construirse, dando lugar a una mezcla de estilos renacentista y barroco. La catedral sustituyó a la antigua mezquita de la ciudad, de la que se pueden ver restos en el Patio de los Naranjos. La imponente fachada presenta grandes columnas y arcos adornados con relieves de santos. Al pasear por la ciudad, no puedes olvidarte de ver la torre norte de la iglesia que sobresale por encima de las casas. Otra torre quedó incompleta, ya que no había fondos suficientes para construirla. De ahí el mote de La Manquita. Merece la pena subir a las cubiertas de la catedral para contemplar las vistas panorámicas de la ciudad.
Desde la catedral, ve hasta el Parque de Málaga. Con 33 hectáreas, este oasis verde es el lugar ideal para escapar del calor. Los visitantes pueden disfrutar de un lugar para refrescarse bajo sus altísimas palmeras. Entre la vegetación hay una serie de esculturas y fuentes de la época renacentista y barroca.
Termina el día con un paseo por el Puerto de Málaga, uno de los puertos marítimos más antiguos de España. La zona contrasta con el casco antiguo de la ciudad, con modernas tiendas, bares y restaurantes a lo largo del paseo marítimo Muelle Uno. La mayoría de las excursiones en barco parten de aquí e incluyen una gran variedad de experiencias, desde la navegación al atardecer hasta el avistamiento de delfines.
Despiértate temprano y pasa la mañana relajándote en una de las playas de la ciudad. Málaga es la capital de la Costa del Sol y es conocida por sus playas vírgenes. La Playa de la Malagueta es la playa más cercana al centro. A lo largo de la playa hay una serie de chiringuitos donde puedes tomarte algo.
Al este, a treinta minutos, se encuentra el barrio Pedregalejo, donde encontrarás la Playa de las Acacias y la Playa del Palo. Si no tienes coche, puedes ir en bicicleta o en autobús. Es una zona de pesca, así que es el lugar perfecto para probar algo de pescado fresco.
Un poco más lejos está la Playa Peñón del Cuervo. No hay prácticamente bares o restaurantes en esta playa, pero, en su lugar, los visitantes suelen traer comida y la cocinan allí directamente en los puntos de barbacoa que hay junto a la playa.
Al oeste está la Playa de la Misericordia, donde podrían sorprenderte las Olas del Mellilero. Estas son olas aleatorias causadas por el ferry Málaga-Melilla que suele pillar a los visitantes con la guardia baja. Con un poco más de tiempo y un coche, podrías visitar otras playas en áreas como la Nerja, Torremolinos, Fuengirola o Estepona.
Después de visitar las playas, dirígete al Mercado de Ataranzas. Este mercado local ocupa un edificio del siglo XIX que se ha fusionado con la antigua puerta morisca de la ciudad. Los visitantes se sorprenderán con las vidrieras que representan escenas de la historia de Málaga. En el interior, el ambiente es muy animado, con puestos que ofrecen desde patas de jamón hasta quesos y pescados. También hay un par de bares donde puedes pedirte una tapa y una cerveza.
Cerca del mercado está el barrio del Soho, el centro creativo de la ciudad. Aquí hay arte callejero en casi todos los rincones, además de galerías y talleres independientes. En el Soho también se encuentra el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, un museo alojado en el interior de un mercado en el que se exponen obras del siglo XX de artistas tanto internacionales como españoles. Alrededor del barrio hay una serie de tiendas de artesanía, cafeterías de moda y restaurantes de cocina del mundo.
Desde el Soho, pasea a lo largo del agua hasta llegar al Centro Pompidou. Esta galería de arte atrae a los visitantes con su estructura cúbica multicolor diseñada por el artista Daniel Buren. Incluye una gran variedad de piezas de arte contemporáneo, desde diseño hasta fotografía y cine, que suelen rotar anualmente.
A pocos pasos del Pompidou se encuentra el Ayuntamiento de Málaga. Construido entre 1912 y 1919, el enorme edificio destaca por su estilo neobarroco, diseñado por Guerrero Strachan y Rivera Vera. Necesitarás permiso para visitar el interior, pero puedes admirar el exterior en cualquier momento, observando la torre del reloj y sus numerosas figuras de piedra. Junto al ayuntamiento, hay dos jardines: los Jardines de Pedro Luis Alonso, famosos por sus rosas, y los Jardines de Puerta Oscura, con pequeñas terrazas rodeadas de cipreses y estanques.
Esta pintoresca plaza ha tenido muchos nombres a lo largo de los años, y no fue hasta 1812 cuando se convirtió en la Plaza de la Constitución, en honor a la constitución española. En su momento el ayuntamiento se encontraba aquí, pero hoy en día los lugares más destacados son la Fuente de Génova, una fuente de mármol del siglo XVI, y la Sociedad Económica de Amigos del País, un edificio del siglo XVIII que antiguamente se utilizaba como cónsul marítimo y colegio jesuita. Aquí tienen lugar muchas de las celebraciones de la ciudad, como la Feria de Málaga y la Nochevieja.
Otro museo de Málaga que merece una visita es el Carmen Thyssen. Situado dentro de un antiguo palacio del siglo XVI, este museo cuenta con una amplia colección de arte español y andaluz. Entre los artistas expuestos se encuentran Ignacio Zuloaga y Joaquín Sorolla. La mayoría de los cuadros tratan de representar la vida en España en el siglo XIX, con escenas de flamenco, toros y otras fiestas. La entrada es gratuita los domingos a partir de las 17 horas.
Málaga tiene muchos lugares de interés para las familias. Las playas
y sus parques infantiles estarán probablemente en lo alto de tu lista
de cosas que hacer con ellos, pero hay muchas otras actividades para los
niños.
La mayoría de los museos de arte de la ciudad organizan visitas guiadas y actividades para niños. Suelen ser en español, pero también hay guías de habla inglesa. El Centro Pompidou, por ejemplo, tiene una sala interactiva donde pueden explorar su creatividad. Otros espacios para niños son el Museo Interactivo de la Música, el Museo de la Imaginación, el Museo Aeronáutico y el Museo Automovilístico de Málaga.
También hay muchos parques donde pueden jugar como el Parque de Málaga,
el Parque del Oeste o el Parque del Cine. Desde el puerto de Málaga se
puede dar un paseo en catamarán o participar en una excursión de
avistamiento de delfines.
A treinta minutos de Málaga se encuentra
Benalmádena, una ciudad turística repleta de divertidas atracciones como
el acuario Sea Life, el parque de atracciones Tivoli World y el puerto
deportivo Selwo, donde los niños pueden ver pingüinos y delfines. Otros
lugares que merece la pena visitar son Aqualand y el Parque de
Cocodrilos de Torremolinos y el Bioparc de Fuengirola, un zoológico con
aspecto de jungla que incluye gorilas, lémures y tigres.
A tus hijos les encantará el parque Safari Selwo Aventura en Estepona. El parque cubre más de 100 hectáreas y es el hogar de más de 2000 animales.
Con acceso directo al mar, Málaga es famosa por sus deliciosos platos de marisco. Entre ellos destacan el pescaito frito y los famosos espetos, pinchos de sardinas cocinados en una parrilla junto a la playa. Otras especialidades son el gazpachuelo , una sopa hecha con ajo, huevo, mayonesa y patatas que suele llevar gambas, y el plato de los Montes de Málaga , un plato que combina una variedad de embutidos con huevo y patatas fritas. Todo ello se puede regar con un vaso de vino dulce de la zona. A continuación, algunos de los mejores lugares para comer en Málaga:
Debido a que hace sol la mayor parte del año, no se puede decir que haya en sí una mala temporada para visitar Málaga. Si te gusta la playa, la mejor época para venir es entre junio y septiembre. Las temperaturas más cálidas suelen darse entre julio y agosto, con una media de 31ºC. Si es demasiado, siempre puedes escaparte a alguno de los parques y museos de la ciudad. En primavera y otoño, las temperaturas son algo más suaves y hay menos aglomeraciones. Enero es el mes más frío, pero incluso entonces la media es de unos 17º. También puedes planificar tu viaje en torno a una de las fiestas de la ciudad, como el carnaval en febrero o la feria local en agosto.
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