Quizá Badajoz no destaca por ser la ciudad más bonita de la región de Extremadura, pero merece la pena visitarla si estás viajando por el sureste de España. Podrás pasear por su casco histórico y disfrutar de la colorida Plaza Alta, con formas geométricas decorando la fachada, y la catedral medieval de San Juan Bautista. En lo alto de la colina se encuentra la Alcazaba, una alcazaba árabe del siglo XII. Desde aquí, podrás observar Portugal, que se encuentra en la frontera con Badajoz. Nuestro itinerario de un día te muestra las mejores actividades que hacer en Badajoz, incluyendo recomendaciones sobre dónde comer y dónde alojarse.
Tu día comienza en la Plaza de la Soledad, en el casco antiguo de la ciudad. Pide un café solo (expreso) y tómate tu tiempo disfrutando de los edificios que rodean la zona, como el edificio Las Tres Campanas y La Giraldilla. En esta plaza también está la Ermita de la Soledad, una impresionante iglesia con interiores al estilo bizantino. Se construyó en dos épocas, entre los siglos XVII y XX. En su interior está la estatua de la Virgen de la Soledad, la santa patrona de la ciudad.
Frente a la Plaza de la Soledad está la Giraldilla, una réplica de la famosa torre sevillana. Construida en el año 1930, destaca por su estilo neo-mudéjar. En lo alto del edificio está la estatua de Mercurio, el rey del comercio, ya que esta era la zona comercial de la ciudad. Hoy en día, aunque sigue mereciendo la pena visitarla, La Giraldilla es la sede de la compañía telefónica, Telefónica.
Cruzando el casco
antiguo llegarás hasta el Paseo de San Francisco. Este parque está repleto de
kioscos, bancos embaldosados, además de una iglesia del siglo XVI.
Así como en otras ciudades españolas, la Plaza de España se trata de una de las plazas centrales de Badajoz. Recoge numerosos edificios históricos como la catedral de San Juan Bautista, el Palacio Municipal, el Ayuntamiento, La Casa Álvarez-Buiza y la Casa del Cordón. Da un paseo por la plaza y toma algo en los bares de la zona que se encuentran rodeados de naranjos.
No olvides visitar la Catedral de San Juan Bautista cuando estés en la Plaza de España. Construida en el siglo XIII, es uno de los edificios históricos más importantes de la ciudad. A primera vista parece una fortaleza y curiosamente, en un principio fue construida fuera de la muralla defensiva de la ciudad, así que necesitaba ser protegida de los ataques. En su interior podrás disfrutar de sus ventanas de estilo plateresco y el altar ornamentado. También encontrarás un museo con pinturas y esculturas renacentistas.
Nuestra siguiente parada será la Plaza Alta, una plaza del siglo XVII en el límite con la alcazaba musulmana. Se divide en dos zonas diferenciadas: la zona cercana a la ciudadela se define por una decoración blanca y marrón, así como edificios históricos como el antiguo Ayuntamiento. El otro lado se caracteriza por un impresionante contraste entre el rojo y el blanco, con inspiración en las casas árabes conocidas como Casas Coloradas. Si visitas Plaza Alta a finales de septiembre, durante el festival Almossassa, podrás disfrutar del mercado árabe de la ciudad.
La Torre Espantaperros es una de las torres principales de la Alcazaba, sirviendo de inspiración para la Torre de Oro de Sevilla. Su nombre proviene del sonido de una campana que los Cristianos interpretan como una llamada a rezar, y que a su vez ahuyentaba a los “infieles” que eran conocidos como “perros”. Las visitas guiadas son muy limitadas y comienzan desde la Oficina de turismo Casas Mudéjares.
Continúa a través de la Plaza de San José. En esta plaza podrás observar el conjunto de Casas Mudéjares, algunas de las casas más antiguas de la ciudad con fecha anterior al siglo XV. Hoy en día están ocupadas por la Oficina de Turismo de Badajoz. Junto a ellas encontrarás una impresionante iglesia neogótica, el Convento de San José.
Toca visitar la famosa Alcazaba. Este fuerte del siglo XII es uno de los más grandes de España. Sobre el río Guadiana y la frontera con Portugal, ha servido siempre como una localización estratégica para los árabes durante muchos siglos, protegiendo así la ciudad de los ataques. Puedes entrar a la ciudadela por cualquiera de sus cuatro puertas, aunque la más famosa es la Puerta del Capitel. Una vez dentro, aprovecha para admirar la arquitectura árabe, visitar el Museo Arqueológico y subir por la muralla para disfrutar de unas vistas panorámicas de la ciudad.
Otra de las puertas icónicas es la Puerta de Las Palmas. Durante la época medieval esta fue la entrada principal de la ciudad, mientras que sus dos torreones servían de prisión. Justo enfrente se encuentra el Puente de Las Palmas, el puente más antiguo de Badajoz, uniendo las dos orillas del río Guadiana. Se construyó durante el siglo XVI y ha sido reconstruido numerosas veces debido a las inundaciones. Solía ser un puente elevado, más alto en el centro, incluyendo puertas para el control de turismo. Sin embargo, todas estas características no son visibles hoy en día.
Tu visita a Badajoz termina con un paseo por el Parque de Castellar, uno de los lugares naturales más grandes de la ciudad. Este parque ocupa el antiguo olivar del Convento de Santo Domingo, repleto hoy en día de palmeras tropicales, bancos, estatuas, y espacios para los más pequeños.
Badajoz es una ciudad muy pequeña que puedes visitar a pie fácilmente. Las familias pueden aprender sobre la historia de la ciudad visitando monumentos como la Alcazaba o la Torre Espantaperros. Si necesitas descansar del turismo, puedes parar en cualquiera de las plazas locales o parques de la zona como el Parque de Castelar, con kioscos y un pequeño parque para niños. Tu día también puede terminar visitando el río Guadiana.
En Badajoz será muy fácil probar la cocina extremeña. Los platos más famosos incluyen la patatera, una salchicha de cerdo, patata molida, pimiento y jamón ibérico. Entre otras recomendaciones están la sopa de antruejo (una sopa de pan con cerdo, chorizo y cebolla). Para el postre, no te olvides de pedir perrunillas, una galleta hecha con canela, mantequilla y limón. A continuación, encontrarás lugares donde comer en Badajoz:
El mejor momento para visitar Badajoz es entre primavera y otoño. Las temperaturas son lo suficientemente placenteras para poder pasear, y hay muy pocos turistas por la calle. Entre junio y agosto, las temperaturas suben hasta los 35º. Sin embargo, esta también es la época en la que se celebra el mayor festival de la ciudad, la Feria de San Juan. Otra alternativa es visitar la ciudad en febrero para poder celebrar el carnaval, una celebración anual.
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