Repleto de bares, tiendas donde venden fish and chips y ofertas de tés por la tarde, entrar en Gibraltar es como entrar en Gran Bretaña. Sí, Gibraltar es territorio británico, pero su clima caluroso y los cambios entre inglés y español delata su ubicación, en la punta de España.
Sobresaliendo del mar, encontraréis el impresionante paisaje natural que atrae a la mayoría de visitantes a Gibraltar. Puede que sea un territorio pequeño, pero no os faltaran cosas que hacer por aquí: desde una roca de 426 metros de alto donde se pasean los macacos, hasta los túneles subterráneos y los delfines nadando por la costa.
Aquí debajo encontraréis las mejoras cosas que hacer en Gibraltar, incluyendo consejos sobre dónde comer y dónde alojarse.
Empezad vuestro día en Gibraltar dirigiéndoos hacia la estación del funicular. Subid y llegaréis a la cima del Peñón en unos seis minutos. Aquí es donde encontraréis la mayoría de atracciones turísticas de la ciudad, incluyendo la reserva natural, que es el hogar de macacos y de numerosas especies de aves que migran de África a Europa. Las vistas desde aquí arriba son increíbles ya que el Peñón da a España y a Marruecos.
Los recordatorios sobre la historia militar de Gibraltar aún son presentes, como el castillo árabe o los cañones dentro de los túneles del Gran Asedio. Aún así, lo que la mayoría de gente viene a visitar son los macacos. Hay alrededor de unos 200 monos salvajes, la mayoría de ellos viven en el Peñón, pero ocasionalmente los encontraréis en otras partes del territorio.
Aún que parezcan adorables, son salvajes, lo que significa que a veces pueden morder. El mejor sitio para verlos de cerca es en la Guarida de los Monos. Aseguraros de guardar vuestros objetos personales porque suelen arrebatarlos, y no les deis comida.
Nota: El primer funicular sale a las 9:30 de la mañana, y el último que baja es a las 17:45.
Las entradas para la Reserva natural también os permitirán el acceso a los túneles del Gran Asedio. Estos pasajes subterráneos fueron desenterrados durante el Gran Asedio de Gibraltar en solo seis semanas. Actualmente, mientras os adentréis, no podréis evitar maravillaros con la obra que los envuelve. Los británicos crearon estos túneles como un sistema de defensa contra los franceses y los españoles, quienes intentaron recuperar Gibraltar. El asedio duró de 1778 hasta 1783, pero gracias a los cañones instalados dentro de los caminos, al final fueron derrotados. En total, se alargan unos 51 kilómetros, con más túneles añadidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde los túneles, dirigíos, con calma, hacia el Puente de Gibraltar. Acabado en 2018, se trata de una nueva atracción turística, pero ya es una de las principales cosas que hacer en el Peñón. Situado a 340 metros de altura, ofrece unas impresionantes vistas del Estrecho de Gibraltar. Si sois valientes, podéis caminar por el Puente Colgante de Windsor, una pasarela de madera situada encima de un desfiladero de 50 metros. Durante los días de viento, puede que se balancee un poco, así que no es ideal para aquellos que tengan miedo a las alturas. Este puente es parte de la ruta de “Buscadores de emociones”, la cual lleva a sus visitantes por algunos de los caminos más empinados del Peñón.
Cerca del puente colgante encontraréis la cueva de San Miguel, la más grande en Gibraltar. Contiene un impresionante grupo de túneles y cámaras que descienden hasta unos 62 metros de profundidad. Como algunas pinturas de la cueva han demostrado, ha estado ocupada desde la prehistoria. Más tarde, fue usada como una estructura de defensa por los moros y los españoles. Dentro de las cuevas, encontraréis una impresionante colección de estalactitas y estalagmitas. La Cueva de la Catedral también incluye un auditorio que ocasionalmente presenta actuaciones musicales y de baile. Hay muchas leyendas asociadas con la Cueva de San Miguel, algunos dicen que conecta Gibraltar con África a través de un pasaje subterráneo secreto.
Cerca encontraréis el Castillo de los Moros.
Después, nos dirigimos hacia la batería de O’Hara. A 421 metros, es el punto más alto del Peñón ofreciendo vistas de la ciudad y del mar. Fue construida como una fortificación militar, y algunas de las piezas de artillería siguen expuestas en la actualidad. Hay estructuras similares cerca como la batería de Lord Airey y la batería de Spur, pero ninguna gana a las vistas de O’Hara.
Desde el Peñón, coged el funicular hacia abajo y pasad la tarde explorando el centro de la ciudad. Empezad con una visita al Jardín Botánico de Gibraltar, llamado la Alameda. Este verde oasis fue diseñado como un sitio de descanso para los soldados británicos que se desplazaron hasta aquí en el Siglo XIX. Actualmente, es un lugar bastante concurrido, especialmente durante los fines de semana, pero entre semana también podéis venir y escapar de la multitud.
Entre bugambilias y dragos encontraréis el Parque de Conservación de la Vida Silvestre Alameda, un pequeño zoo que rescata animales. También hay un teatro al aire libre que alberga diferentes eventos culturales.
A unos pasos de la calle principal encontraréis el Convento, uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Data del año 1531 y fue la residencia de sacerdotes Franciscanos. En 1728 se convirtió en la oficina del Gobernador de Gibraltar, pero el edificio conservó su nombre. No podréis entrar, pero vale la pena pasarse para admirar su fachada de ladrillo y azulejos.
Otro de los edificios que merecen una visita es la Catedral de la Santísima Trinidad. Aunque data del año 1832, esta pequeña iglesia es famosa por su arquitectura de estilo neoárabe, con arcos de herradura rayados alrededor de su fachada.
Para entender el pasado cultural e histórico de la región, deberíais visitar el Museo de Gibraltar. Aquí podréis descubrir más sobre la gente que ocupó esta zona desde la época cartaginesa hasta el presente y los eventos que han dado forma a su historia, como el Gran Asedio. Aparte de estas exhibiciones, los visitantes también pueden ver unos baños árabes muy bien conservados en el subterráneo. El edificio fue la residencia del Principal oficial de artillería, y fue en 1930 que se convirtió en un museo.
Santa María la Coronada es la segunda catedral que encontraréis en Gibraltar. Cuando la ciudad estaba bajo el mandato de los moros, esta era su mezquita. Fue en 1462 que los monarcas españoles la convirtieron en una iglesia. Desde entonces, ha pasado por diversos cambios, con un campanario añadido en 1820.
Contigua a la calle principal, encontraréis la Ciudad Irlandesa. A pesar de su nombre, no se trata de un barrio, sino de una sola calle. Cogió su nombre de las mujeres irlandesas que llegaron a finales del Siglo XVIII para hacer compañía a los británicos. Su proximidad al puerto la hizo una próspera zona comercial, pero la mayoría de sus edificios se destruyeron durante el Gran Asedio. Después de una gran renovación en el Siglo XIX, la calle de la Ciudad Irlandesa resurgió y desde entonces se convirtió en una de las calles más animadas de Gibraltar, con bares y tiendas en ambos lados.
Seguid la calle de la Ciudad Irlandesa hasta el final, y acabaréis en el corazón del casco antiguo. Aquí los pubs británicos tradicionales y las cabinas telefónicas rojas se mezclan con la arquitectura mora y española. En el centro de todo encontraréis la Plaza de Casemates, con acogedoras terrazas con vistas al Peñón. El casco antiguo se encuentra a solo 15 minutos del aeropuerto, así que, si voláis a Gibraltar, probablemente será lo primero que veréis.
Acabad vuestra ruta por Gibraltar con un paseo por Ocean Village. Este moderno barrio se encuentra alrededor del puerto, que lleva el mismo nombre. Para los recién llegados, es como un pequeño Marbella, con embarcaciones privadas y modernos bares y restaurantes en el paseo marítimo. Incluso hay un hotel de lujo dentro de un yate. El puerto es un lugar lleno de vida durante las noches, con los locales ocupando los bares o el casino del hotel.
Gibraltar es el sitio ideal para unas vacaciones familiares. Su tamaño más bien pequeño hace que sea fácil explorar la ciudad caminando en uno o dos días.
Los niños disfrutarán del trayecto en funicular hasta el Peñón, donde podrán ver a los monos salvajes desde cerca. En la misma zona, podrán explorar los túneles y fortificaciones como el castillo árabe o admirar las vistas desde uno de sus miradores. Mientras estéis en la ciudad visitad los museos y el Jardín Botánico.
Las aguas que rodean Gibraltar son el hogar de diferentes especies marinas, incluyendo delfines y ballenas. Desde el puerto, podéis subir a un crucero y divertiros mientras observáis estos animales mientras el sol se pone por detrás de la bahía. Si tenéis suerte, puede que veáis alguno saltando enfrente vuestro. Compañías como Dolphin Safari y Dolphin Adventure os pueden proporcionar algunos tours.
Otras instalaciones recreativas incluyen The Kings Bastion Leisure Centre, un gran complejo interior que consta de una pista de patinaje sobre hielo, una bolera, juegos recreativos y un cine.
Una vez hayáis visitado las principales atracciones de la ciudad, podéis pasar lo que os quede de vacaciones relajándoos en playa o en alguna terraza. Si os sobra tiempo, podéis alquilar un coche y explorar otras ciudades del sur de España.
El mejor momento para visitar Gibraltar es durante primavera u otoño. Durante estas épocas las temperaturas son cálidas pero lo suficientemente agradables como para caminar por la ciudad y explorar el Peñón. También hay menos gente durante estas épocas. En julio, las temperaturas empiezan a subir y normalmente se mantienen altas hasta setiembre. Ese es el momento perfecto para dirigirse a la playa o practicar deportes acuáticos como remo o buceo.
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